Capítulo V.

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Armando y Betty estaban sentados frente a frente, él la miraba a los ojos y ella no podía sostenérsela, aun sentía pena con él, la intimidaba y eso le encantaba a Armando, ¡ah! le parecía tan niña, tan inexperta, era una cualidad que apreciaba en, ella entre muchas otras que le veía, así que Betty continuó la charla, para que la dejara de mirar porque se sonrojaba por completo.

-doctor tiene razón, no podemos vivir nuestra vida buscando complacer a nadie, pero también es necesario hacer un alto y analizar ¿cómo vamos? al menos eso hago yo, es importante que sepa que le causa la tristeza y la evite, yo ya entendí que no puedo cambiar a mi padre y su forma de ser, de pensar, así que me adapto, ya no intento que cambie a estas alturas de su vida, en su caso usted ha vivido su vida como lo ha deseado, entonces considero que busca el reconocimiento de sus padres... el apoyo en el trabajo que realiza en la empresa, no sé si ya se dio cuenta de eso, se lo digo porque duele no tenerlo de ellos, que son lo que más amamos

-si tiene toda la razón, he vivido de una manera que no es la mejor, acepto que he sido un hombre inmaduro, al no querer formalizar mis relaciones con nadie, eso solo es una excusa para no adquirir una responsabilidad, porque buscaba mujeres con las que yo sé que jamás formalizaría con ellas, mujeres que siempre están dispuestas a estar conmigo, Karina quería algo más serio y me insistió, pero honestamente yo no, es con la que he estado más tiempo, ahora solo me resta hablar con ella y concluir lo que teníamos, no niego que he sido un patán, un hombre vulgar del que quizá usted ha sentido asco, y tiene razón en lo que dice, busco que mi padre reconozca mi trabajo dejando de lado mi vida privada, me dijo que teme que mi vida privada interfiera con la laboral y jamás he hecho eso, pero la presencia de Claudia echó por tierra todo por lo que había trabajado.

-no niego que si me sorprendí al conocer su vida, porque no era normal para mí, jamás había conocido un hombre tan mujeriego, tan promiscuo, discúlpeme doctor pero es mi opinión, somos amigos y los amigos no se ocultan las cosas, estoy acostumbrada a hablar con Nicolás con sinceridad y honestidad, y cuando se alejó de mí, creí que estaba molesto conmigo, lo veía tan serio, yo estaba preocupada, pensaba que le sucedía algo malo, y no me atrevía a preguntarle, porque no me daba oportunidad, me respondía muy cortante, tenía en mente varias cosas, pensé incluso que podía estar enfermo de algo grave, o que no estaba contento ya conmigo.

- No era usted, solo lo que ya le conté, y aceptó su opinión porque como me define así soy o era, pero ya ni con Mario he salido en todo este tiempo, a pesar de su insistencia, es que puede llegar a ser tan cansón, incluso me dijo un día que iba ir a mi apartamento con unas chicas y le dije que ni se atreviera que le diría al vigilante que les negara el acceso, él piensa que la forma de ayudarme es esa... con mujeres, porque mejor no se acercó a preguntarme ¿qué le pasa? así como lo hizo usted, y me acompañó en una plática, era lo que necesitaba, hablar con alguien, sentirme escuchado, como lo soy en este momento... él siempre con sus ideas de mujeres, creo que eso lo usa como escudo para no reconocer la vida tan solitaria que tiene, igual que yo.

-sabe que cuenta conmigo para lo que sea, me alegra escucharlo, reconociendo lo que me ha dicho, yo estaré apoyándolo cuando que me necesite, y si le sirve este momento para sentirse mejor, créame que este día habrá valido la pena.

-gracias Betty -le toma las manos entre las suyas mirándola a los ojos. -usted es tan buena conmigo, me apoya, me escucha, me comprende, me aconseja, yo... puedo decir que es una gran amiga, una mujer a la que admiro tanto Betty, y ya que estamos sincerándonos debe saber que no me gustó para nada verla aquella noche con Aura María y sus amiguitos, me sentí muy raro, no me agradó en lo más mínimo, aunque no tenía derecho si yo estaba acompañado, ¿sabe? después de las diferencias que hemos tenido en el trabajo con mi actitud grosera, prepotente que no comprendía, creo que eso es lo que forja una amistad, al reconciliarse conmigo y disculparme, al intentar comprenderme, porque sé que para una mujer como usted no es fácil.

MI BECARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora