Red Silence - ScarletWidow

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Natasha's pov.

—¿que te dijo?— pregunté a Laura luego de que colgara la llamada.

—solo preguntó si hacía falta que trajera algo, aprovechando que sigue en la ciudad.

—¿no dijo nada más? ¿Por que no vino ayer?

Negó.

—aún no se nada, lo mejor es esperarlo, dijo que hoy si llegaría— respondió dejando los platos en su lugar.

—creo que voy a enloquecer.

—está bien, creo que todos estamos ansiosos, pero no podemos dejar que la emoción nos gane, hay que prepararnos para todo, tanto si viene con ella como si no— murmuró, se giró hacia mi y me dio una mirada comprensiva.

¿Prepararme por si ella no viene? Creo que no podría estarlo, tengo mucho en la cabeza y entre eso está prepárame para recibirla, no quiero tener menor expectativa.

Asentí y la dejé seguir con lo suyo, esta vez no tengo nada que decirle, ella quiere que todo esto sea menos estresante para mi, lo aprecio, pero no funciona, simplemente esta tan incrustado en mi cabeza y no podré sacarlo hasta poder verla, eso o saber de ella, cualquiera de las dos podría calmar mi ser, una no tan completamente como la otra pero tengo que estar conforme.

—ten, distráete con algo— murmuró ofreciéndome una manzana, la recibí y comencé a comerla, intentando concentrarme en lo que ella hace y masticar correctamente.

Me levante y comencé a ver lo que hacía más de cerca, caminar por toda la cocina y esperar a que alguien entre para aportar alguna conversación interesante.

—¿alguien ha hablado con Clint?— preguntó Thor entrando a la cocina— a mi no me contesta.

—hablé con el hace poco ¿por que?— respondió Laura.

—quería preguntarle que si podía traer más cereal para los niños, el que había se acabó.

—¿se lo comieron ellos?

—yo solo cumplo con el deber de avisar— dijo y salió de la cocina, ambas reímos y ella se acercó a la alacena para verificar si era verdad. Y si.

Marco el número de Clint pero no obtuvo respuesta, yo también lo hice pero fue inútil, ambas nos resignamos ya que sabíamos que venía en camino, el es alguien que no toma el celular al volante por ninguna circunstancia, a veces lo admiro, a veces me enferma.

—iré a ver a mi hermana— murmuré y la dejé en sus vanos intentos por contactar a su esposo, salí de la cocina y subí al cuarto de Carol y Yelena.

Toque la puerta porque... porque nunca se sabe.

—siga— dijo Carol.

Abri la puerta y la vi sobre la cama leyendo una revista.

—hola... ¿has visto a Yelena?— pregunté inspeccionando la habitación.

—dijo que quería algo de aire, debe estar en el jardín— respondió y señaló a la ventana.

Agradecí y baje las escaleras, salí hacia el patio y vi a Yelena sentada en el césped a unos metros de la casa, me acerqué y me senté junto a ella en silencio.

—nunca me canso de ver el cielo— murmuró.

—lo se, tampoco yo. Recuerdo cuando decías que querías viajar a una nube y vivir allí.

Rió.

—lo recuerdo, yo quería hacer unas escaleras para ti y que subieras a visitarme cuando quisieras.