Pov: Carlo
Pasaban los días y no volví a ver a esa niña, mejor dicho, no escuchaba su voz. ¿Porque tenía que ser tan difícil esto de echar a perder tu vida? Quiero decir, amaría que alguien me ayudara, pero no puedo permitirme eso, no puedo arrastrar a alguien más al lío que es mi vida.
Mi padre, por supuesto, se enteró que no había estado vendiendo sus paquetes, lo que lo enfureció mucho y bueno, llevo 3 días sin ir a mi casa. Se podría decir que estoy completamente solo. Tenía un hermano pero el tomo la decisión más sabía que puso tomar: huyó a las 17 años, no lo culpo porque yo haría lo mismo pero una vez que entras en esta vida, ya no sales (solo muerto pero no quiero morir tan joven).
Aunque no he ido a mi casa, si lo asistí a la escuela, irónico ¿no creen?. Estaba en mi clase de historia cuando escuché lo que pareció la voz más noble que alguna vez oí.
Y lo más cruel que el universo me pudo haber echo: era la misma chica del otro día y ahora la podía ver bien: Tenía un hermoso pelo castaño y llevaba una camisa de cuadros. Yo quería moverme y acercarme a ella, pero ¿que le diría? "hola soy el chico que te grito y te trato como mierda cuando intentaste ayudar" eso no es un buen inicio de conversación.
Y como el cobarde que soy la deje ir, no sin antes no escuchar su nombre del chico con el que hablaba. "Samy" , Samy, su nombre iba fácil en mi boca y sentí que la conocí de todos la vida. Quería ir hacia ella y decirle que lo sentía, que me abrazara y que me dijera que todo estaría bien y... ¡oh, mierda! Ahora estaba llorando, en el salón de clases, frente a todos. Cuando me di cuenta, el salón estaba en silencio y todos me veían, algunos con lástima y otros con una cruel sonrisa.
-¿Estas bien, cielo?- me preguntó mi profesora, que amable en hacer más notorio lo que ya lleva un cartel de colores fosforescentes que decía "estoy llorando, ¡mírame!" De acuerdo eso está mal, ella solo se preocupo.
-Claro profesora puedo ir al baño un segundo- le dije lo más amable posible alo que ella me dijo que si, que me tomara mi tiempo, pensándolo bien, que gran maestra es.
En el momento en que salí del aula, busque con mi mirada a aquella chica que tanto había llamado mi atención, pero (llamemos a esto "la suerte de Carlo") ya no estaba, casi vuelvo a llorar, casi.
Estuve a dos segundos de darme la vuelta y regresar, pero pensé: ¿Quería seguír siendo esto? ¿Aguantaría más tiempo fingiendo? ¿De verdad estoy tan podrido que nada podrá ayudarme? Fácil, la respuesta a todo eso sería No. Yo no quiero ser ESA persona, pero lo más importante es ¿Esa niña de verdad querrá ayudar a una persona que nació rota?
Después yo solo conteste a esa pregunta, porque, quien no arriesga no gana. Me dispuse a buscar a la niña, caminé pasillo por pasillo, salón por salón. Hasta que encontré algo que se parecía mucho a lo que estaba buscando. En un aula estaba aquel chico con quién ella había estado hablando antes... Y si el la conocía, me podría decir quién era ella.
Me asome a la ventana y empecé a hacer señas, todos me veían menos quien yo quería. Hasta que un ángel lo sacudió y el me vio. Quería llorar de alivio pero me contuve, muchas lagrimas para un dia
El chico pidió permiso para salir, gracias al cielo no me ignoró.
-¿Sucede algo? No recuerdo haber hablado contigo- dijo el chico castaño con la voz más suave y tranquilizadora que puedas imaginar, daban ganas de abrazarlo y no dejar que nadie le hiciera daño aunque fuera más grande.
-Mira, yo sé que no me conoces pero hace un rato te vi hablar con una niña, creo que se llama Samy. Sabes en qué donde esta, se me hizo conocida y quería hacerle algunas preguntas- Bien mala elección de palabras, en el momento en que eso salio de mi boca, el otro chico se puso rígido y su expresión amable cambio a una sería y, si no estuviera tan seguro de que ahora quería matarme, te diría que había miedo
-¿Que necesitas de ella, eh?¿De dónde crees que la conoces? Habla o vete, ¿tu eres de aquí o de otro estado? Dime- me dijo el otro chico, te podría decir rápidamente que su mirada pasaba de la irá al miedo, luego pánico y para la cereza de pastel, terror. Pero como poda explicarle si lo más que dejaba de gritarme era para respirar.
-Mira yo soy de aquí, llevo toda mi vida aquí y solo quería hablar con ella porque me ayudó con algo hace unos días y se lo quería recompensar, no te pongas loco. En mi vida los había visto antes de eso- le dije con miedo. Y si, estaba entrando en pánico porque conocía perfectamente la posición en la que estaba, el más alto tomando de la camisa al más bajo y con el rostro rojo de la irá, no correría, solo explícale casi toda la verdad y deja que pase de rojo tomate a rosa durazno en un tiempo record, sabía mejor que eso .
Esa explicación pareció calmarlo un poco y me soltó, tomo mucho aire y una expresión de pánico acompaño un estremecimiento a la vez que lo escuché murmurar "no puede ser, me parezco a Anthoy" y yo solo podía pensar en que ser tan horrible era el mencionado para que el simple echo de parecerse fuera detestable.
-Entonces... Samy?- ¿Fue estupido? Si, ¿Quería encontrar a la chica y luego largarme a llorar toda la noche? También, así que mientras más rápido salga de este lugar y encuentre a mi salvación, mejor.
-Si, si, lo siento. Es mi hermana y nosotros... Olvídalo está en el aula H5, piso 4. Perdón por esto...?- Dijo el chico y me di cuenta un poco tarde que esperaba un nombre
-Ah, Carlo, no hay problema. Lamento haberte asustado- le dije con mi sonrisa más sincera, el también sufría, podía verlo. Yo no iba a recriminarle el hecho de tener miedo, no cuando no he estado en mi casa durante poco menos de una semana.
-Mi nombre es Tony, nos vemos luego, Carlo- dijo con una sonrisa, para entrar al salón y dejarme solo. Debo regresar al salon antes de que la profesora venga a buscarme, mañana iré al aula que me dijo ese chico, ella debe estar ahí.
Me dirigí al salón y nada faltaba para que se acabará la clase. Mi día transcurrió normal después de eso y pude encontrar consuelo sabiendo que ella me podría ayudar, solo debía hablar con ella.
Si tan solo fuera fácil, tal vez yo también pueda ayudarla, se ve que su hermano tambien sufre. Hablaré con ella sobre eso, nos ayudaremos juntos y tal vez Tony también nos ayude y se ayude. Podríamos ser amigos y...y ojalá aún quiera hablar conmigo después de ser una mierda con ella. Ojalá aún quiera ayudarme, el chico pedía ayuda a gritos, pero no dijo una sola palabra.
Se acabó el día y me di cuenta que solo retrasaba lo inevitable...debía volver a casa
Hola, ya volví con un nuevo capitulo. Les recuerdo que es mi primera historia y que cualquier opinión constructiva que quieran dejar en comentarios son bien apreciados.
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What was and will no longer be.
Teen Fiction5 chicos que se enfrentan a la vida en soledad. ¿Se podrá salvar su camino o están condenados con sus mismos prejuicios? Ellos no tienen a nadie, pero descubriran que se tienen a ellos. Advertencias para temas sensibles como adicciones, Violencia do...