¡No me ames!

Bienvenida Miss!

Minatozaki Sana era una alumna muy brillante y se destacaba por sus buenas notas y buena relación con sus pares. ella siempre estaba alegre y sonriente de tal manera de traer alegría al salón de clases y por más que llegaba siempre de primeras se iba a pasear por todo el colegio para saludar a los que estaban allí. Siempre se quedaba conversando con las autoridades de aquella secundaria e incluso se quedaba aveces en dirección ya que era muy amiga de las chicas que permanecían ahí (incluyendo la directora)...

Hoy es un día muy especial para Sana, ya que tendrá clases con su profesora favorita, Park Ji-hyo qué había vuelto de su reposo en el hospital por problemas de salud. Estuvo mucho tiempo grave hasta que mejoró y le dieron de alta.

— Buenos días, chicos!, ¿que tal la pasaron?

—¡¡Profesora Ji-hyo!!!
Volvió!!

— Buenos días señorita Minatozaki, veo que estabas esperando este día con ansias no es así??

— Si miss Jihyo, estuve extrañándola mucho de hecho le dejaba cartas y flores ya que no me dejaban pasar a verla
Todo el salón empezó a emitir sonidos de sus bocas como si fueran las sirenas de un auto policial. de pronto el salón de clases se convirtió en un hospital de emergencias en el cual llegaban y no paraban de llegar ambulancias.

— Ya, paren! La compañera de ustedes solamente tuvo un jesto de empatia y amabilidad, también se que se encariñó demasiado conmigo así que no tienen porque molestarla de esa manera, ve siéntate en tu lugar Sana, ya vamos a empezar las clases.

— Si, está bien. Quise evitar sonreír como boba pero no pude, la sonrisa me salió del alma ya que no pude impedir no hacerlo al ver sus preciosos ojos enchinados con esa sonrisa de oreja a oreja y sus brillantes dientes blancos que parecían iluminar aquella sala de clase.

En el receso evité cruzarme a mis amigas para no pasar un momento incómodo de preguntas y respuestas ya que son demasiado, pero demasiado chismosas. Fue inevitable, creí que no me habían visto pero no fue así.

— Sana-Unnie!!

— Unnie, Unnie!

— -oh por que a mí- Niñas! Cómo están? -balbucie algo nerviosa por encontrarlas-

— Unnie, te estábamos buscando, Chae y yo queremos saber que tal con esa mujer que te trae loca amiga, nos enteramos ya!! Andas bien enamorada, cuéntanos quien es por favor!
No pude evitar suspirar molesta por lo entusiasmadas que se veían ellas de verdad querían saber quien era aquella mujer la cual me traía loca, en pocas palabras me había enamorado o eso creo.

— Bien, su nombre es Park Ji-hyo y no creo que la conozcan niñas están 3 grados menos que yo, así que mejor vayan a otro lado antes de que las pillen en el patio qué no les corresponde.

— Unniee!! La señorita Ji-hyo es nuestra profesora!

— ¿¡CÓMO QUE SU PROFESORA!!?
Me asusté, lancé un grito demasiado fuerte a los oídos de quienes rondaban por el patio, fue la peor vergüenza de todas, jamás lo vuelvo a hacer.

— Mira Chou Tzuyu, o te alejas de aquí rápido y no le dices a nadie sobre esto o te las verás conmigo, tu también Chaeyoung, que esperas? Largo!

Chaeyoung corrió rápidamente a su salón de clases asustada por la amenaza de su amiga mayor Sana, sin mirar atrás y dejando a Tzuyu a manos de aquel mounstro.

— Chou Tzuyu!, tu no te vas, espera un rato, necesito decirte algo.
Agarré fuerte su camisa alandola hacia mi para luego susurrarle algo al oído.