MI BECARIA

Capítulo VI.

Al día siguiente Margarita y Roberto, desayunan en su casa y se preparan para ir a la junta.

- ya saqué todas mis cosas de la oficina ayer Margarita, le di la tarea a Freddy, que desocupara toda la oficina. Y hoy le llevan los nuevos muebles al nuevo presidente, elegí muebles para un hombre joven, los míos ya tenían años y eran un tanto conservadores.

- me dices que un plan es excelente Roberto, al menos me da la tranquilidad que quien lo realizó trabajará bien, y aunque no me dices cual es ¡¡puedo adivinarlo!! Porque ayer... escuché a Daniel decir que quiere vender su parte, lo escuché cuando al salir del comité y tú me preguntaste ¿de qué discutíamos? ¡era por eso! dijo que quiere ser presidente para vender, tomar su parte para invertirla en otra cosa, nunca espere eso de él, tanto que le has dado tú, incluso más que a Armando, tantos años de trabajo nuestro y de sus padres, porque ¡como nos costó trabajo! además siempre rivalizando con Armando, ¿tú sabes por qué, no entiendo que pasó entre ellos?

- no Margarita, a mi Julio siempre me decía que Armando, era un gran chico, que le gustaría que su hijo fuera como él, ya ves que Daniel, era muy inquieto y maldoso.

- ¿por qué nunca me habías dicho?

- no le daba importancia, y lo mismo de Camila, me decía que era una chica muy buena y noble, que tú los habías educado muy bien, no como Susana. ¡Imagínate Margarita!.

- ¡¡entonces por eso me decías que les diéramos cariño y atención a ellos!!

-pues sí, Julio, no les hacía mucho caso, no recuerdas que prefería trabajar hasta tarde que estar en su casa, y yo estaba ansioso por llegar a mi casa, con mis hijos y él por el contrario, no quería llegar, no les tenía paciencia, ni les hacía caso.

-pero creo que mis hijos resintieron eso, Camila, cuando puede me lo reprocha, ¿cómo puede suponer que quiero más a Marcela? con lo difícil que fue el parto de mi Cami, solo que con Marcela, compartíamos intereses en moda por ejemplo, y mi hija a llevarme siempre la contraria. Ah que equivocados están mis hijos, pero nosotros somos culpables al hacerlos sentir eso. Bueno vamos ya Roberto, que Armando ha de estar muy nervioso.

-si mujer, quiero decirte, que Armando, tendrá mi voto, pues como bien dices, ¡adivinaste! su plan de negocios fue el mejor, Juan, me dijo que está muy bien hecho. Esa muchacha Beatriz, es muy eficiente, Ruiz Maldonado, ¡tenía razón! me cuesta creer que Becerra, no la conservó en el banco por su aspecto, ¡que bruto! con lo inteligente que es y lo demostró durante su periodo de prácticas que para mí fue un período de prueba, y por eso la contraté, además, Armando insistió en que se quedara, llamé a Ruiz Maldonado,  y hablamos de ella y le di la razón, le dije que era muy eficiente.

* * *

En la empresa, Armando, muy nervioso, se levantaba y se sentaba, salía y entraba.

-¡doctor tranquilícese!, ya no tarda la junta. -dijo Betty sintiéndose con dolor de cabeza, de cuerpo, estornudaba, tenía comezón en los oídos, estaba con una fuerte gripa, pero aun así fue a trabajar, era un día importante y no podía faltar, ya se había tomado dos pastillas antigripales, esperaba sentirse mejor.

Armando se acerca a ella.

-Gracias Betty, por este tiempo que ha estado aquí, por su apoyo, por trabajar conmigo codo a codo, por sus consejos, si gano con su propuesta usted será ascendida y prescindiré de Olarte, usted ocupará su lugar ya demostró que puede cubrirlo perfectamente ¿le parece? Mi Becaria agripada, Betty, usted no se siente bien ¿cierto?

-no doctor, estoy con mucho malestar, pero en un rato estaré mejor ya tomé dos antigripales en mi casa, y no tardarán en hacer efecto y ¡claro que sí! ya le he dicho que en lo que pueda ayudarle, aunque no me agrada que pierda su empleo el señor Olarte.