Si me preguntaran cómo se sentiría el paraíso para mí, no se los explicaría, les regalaría un perro o un gato. Su amor se siente tan real, tan puro y tan difícil de comparar. Estar cerca de ellos es como un abrazo al corazón, una caricia al alma. Aman sin límites y sin orgullo, aman con todo lo que son y no a medias. Simplemente aman. Son la prueba viviente de que la comunicación no es un obstáculo cuando se quiere de verdad, las palabras no son necesarias cuando con miradas dicen mucho más.
Es una lástima que el paraíso pueda sentirse solamente un cuarto de nuestras vidas. Lo que me llevó a cuestionarme ¿Por qué ellos viven menos que los humanos?
No se trataba solamente de una cuestión biológica, seres tan nobles e increíbles como ellos no se reducían a una explicación tan básica. A medida que los días con Honey transcurrían, comencé a creer firmemente que podía tratarse de una cuestión más espiritual. Los humanos llegamos a la tierra con un propósito, tal vez ese propósito es aprender a amar. Los animales no necesitan de tantos años para aprenderlo porque ellos ya lo saben desde que nacen. No lo entendía, nunca fue un tema que me hacía pensar. La llegada de Honey cambió mucho en mí, comencé a ver a los animales con otros ojos. Sin embargo, hubo un momento específico que revolucionó mi mente, nunca volví a ser la misma desde que pisé por primera vez un refugio.
Sábado por la tarde, el sol no se animó salir, pero las nubes estaban en paz, no había rastros de tormenta por ningún rincón del cielo. Ciro me llevó de visita al refugio de animales de Beamount. El lugar quedaba en los suburbios, un poco alejado del centro de la ciudad. Al entrar me asombré por lo grande que era, se dividía en dos sectores, uno para perros y otro para gatos. El de perros consistía de varios caniles con camas, platos con alimento y bebederos distribuidos en toda la zona. Una gran puerta llevaba a un jardín trasero gigante donde los animales podían correr y jugar unos con otros. Cuando llegamos muchos se abalanzaron sobre nosotros. Yo estaba maravillada, no me entraba tanto amor en el cuerpo. Sus miradas inocentes me trasmitían paz.
—¡Ven Lena! —escuché la voz de Ciro detrás de mí. Me giré hacia él, estaba riendo y acariciando a los amigos peludos que lo rodeaban—. Ellos son Calvin, Bella y Greta.
Me acerqué a ellos con una radiante sonrisa y comencé a acariciarlos dulcemente. Pasé mis manos sobre sus pelajes una y otra vez, ellos parecían disfrutarlo, sus miradas los delataban. consistía de varios caniles con camas para perros Mientras tanto, Ciro me contaba sus historias, distintas, pero iguales en cuando sufrimiento.
Calvin, uno de los veteranos del refugio. A pesar de su avanzada edad, su espíritu se mantenía joven y alegre. Fue abandonado y posteriormente rescatado en el medio de una carretera a kilómetros de la civilización.
Bella, una cruza con caniche, un poco sobreprotectora con sus juguetes, pero extremadamente adorable y buena. Fue rescatada de una familia que la tenía en malas condiciones de higiene y signos de desnutrimiento.
Y, por último, Greta. Una perra de raza pitbull, de color gris. Ella ingresó hace unos cinco meses aproximadamente, la usaban para servir y cuando ya no pudo hacerlo más decidieron descartarla, la tiraron como basura.
Ciro me comentó que la historia de Greta fue una de las más dolorosas que escuchó y a la vez, de las más milagrosas. Cuando el cuerpo debilitado, golpeado y torturado del animal quería rendirse, su fortaleza se lo negó. Gracias al arduo trabajo de rescatistas, veterinarios y demás colaboradores, Greta se está recuperando y evoluciona favorablemente tanto en lo físico como emocional. Las historias de Calvin, Bella, Greta y del resto de los animales rescatados, duelen y dolerán por siempre en nuestros corazones. Nunca enteré la maldad de algunos humanos, solo sé que la vida es un espejo, somos y recibimos lo que damos.
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Hasta que sanes
Teen FictionCuando Lena creció, la burbuja en la que estaba explotó. La realidad la golpeó y comenzó a ver el mundo diferente; más gris, más apagado, más vacío. Ahora se encuentra enredada en una rutina diaria, una carrera universitaria que detesta y las herida...