Capitulo XXXVII

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— ¿La estación de tren? ¿Mamá qué hacemos aquí? Me prometiste un helado.

Me crucé de brazos y ella tomó asiento en una banca.

— Iremos por tú helado luego, no hagas tanto drama.- sacudió su mano.

Me senté a su lado sin decir nada. Me había levantado está mañana muy temprano para considerarlo vacaciones con la excusa de que teníamos que ir a un lugar rápido.

Ya llevabamos 30 minutos y no pasaba nada.

— Ya me esta dando hambre, ¿Podemos irnos?- ella negó.

— Ten paciencia hija.

Fruncí mi ceño, eso era lo último que tenía después de despertarme y no comer nada.

— Tú hija morirá por esa paciencia.

— Entonces no te mueras aún que acabo de llegar.- reconocí la voz al instante y me levanté de golpe.

— ¿Dime qué eres tú?

— ¿Quién más si no?- ella se acercó corriendo la pequeña distancia que nos separaba.- ¡Te he extrañado mucho!

— ¡Y yo a ti! ¡Mírate! Ya eres toda una señorita.- fingí limpiarme una lágrima.

— Solo nos llevamos un año.

— Es cierto ya tienes 16.- peiné su cabello.

— Y tú casi 18.- recordó y bufé.

— Aún falta medio año para eso.- hablé restándole importancia.- Pero ya fuera de broma, en verdad te extrañe HaeMin.

— Y yo a ti Unnie.- la abracé de nuevo y nos acercamos a nuestras madres.

— ... ¡Gracias al cielo lo dejaste, ya era hora hermanita!- escuché decir a mi tía e imaginé de que hablaban.- ¡EunJi mi niña! ¡Estas muy grande y hermosa!

— Hola tía me alegra mucho verte.- dije haciendo una reverencia.

Entre charlas entretenidas llegamos a un café y con nuestras madres en otro mundo me dispuse a actualizar a mi prima.

Le conté solo lo primordial. Ya le contaría después el resto.

— ¿Félix? Wahhh veo que han pasado muchas cosas este año.- asentí.- ¿Cuando me los presentarás?

— Aún no lo sé, cuando nos reunamos con los chicos.- asintió emocionada.

Pasamos el resto del día haciendo compras, visitamos viejos lugares donde teníamos buenos recuerdos.

Y luego llegamos a casa.

— ¡Estoy muerta! Me duele la espalda.- entramos a mi habitación y deje sus cosas en el suelo.- ¿Dormiremos juntas?

— Por supuesto.

— ¿Maratón de pelis de terror?- asentí emocionada y bajamos por bocadillos a la cocina.

Esa noche fue liberadora, todo ha sido increíble.

[...]

Ya se acercaba año nuevo, faltaban pocos días.

Íbamos en camino a reunirnos con algunos de los chicos.

Pero conociéndolos bien, estarían todos.

Caminábamos distraídamente por el puente y al otro lado visualice al pecoso.

— ¡Ya basta Hyung!- lo oí quejarse.

— Hola chicos.- saludé y mi prima se escondió detrás de mí.

°Una Segunda Oportunidad° Lee FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora