Capítulo Catorce

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《DOS MESES DESPUÉS》

Pensando un poco en mi vida creo que las cosas no podrían estar mejor. Todo indica que a mi hermano le va muy bien en su trabajo, o eso es lo que él me ha contado, aunque su cara diga lo contrario; León inició su convenio con el Nibiru Café y empezó a ganar más dinero que antes, y, por si fuera poco, en nuestra relación todo esta muy lindo. Pocas veces hemos tenido discusiones, como hace unas semanas, un señor nos molestó en la calle por estarnos besando y León se le fue encima dándole de golpes; dijo que no pudo controlarse, me enoje pero no pude evitar no perdonarlo. O como el otro día, que me hizo una escena de celos por estar con Andrés y no con él. Según Sara, esas son cosas normales de un noviazgo, no me da confianza su palabra pero al parecer es cierto.
Las clases en la universidad han comenzado, Sara logró quedarse en la carrera que quería, más aparte terminó su relación con Rodrigo y ahora anda feliz teniendo varios ligues en su nueva escuela, lastima que ya no la pueda ver a diario como antes. Andrés no ha recibido noticias de su beca de intercambio a Londres, la última vez que lo vi estaba bastante preocupado por ello, sentiría horrible si no se la dan por más difícil que sea. Lo único realmente malo por ahora es que empecé a buscar empleo y no tuve suerte con ello, al menos no por ahora, no quiero estar sin hacer nada en lo que me tomo mi año sabático. Ya encontraré algo.

Mi hermano va llegando de trabajar y entra al cuarto. En su rostro puedo notar que no le fue muy bien, otra vez.

– ¿Y ahora tú porque tienes esa cara? – le pregunto.

– ¿Qué esperabas?, es la única que tengo – responde sentándose en su catre.

– Sabes a lo que me refiero… ¿qué pasa?

– Nada hermano, todo bien… solo estoy cansado por no dormir bien – no me convence para nada su respuesta.

– ¿Seguro?

– Si, seguro, no te preocupes. Mejor dime, ¿qué estás haciendo? – me cambia el tema, pero decido darle corriente.

– Buscando un empleo temporal por internet, pero no veo muchas opciones.

– Yo si fuera tú, gozaría mi año sabático libre de presiones – dice él, ahora recostándose.

– Me dan muchos nervios no estar haciendo nada, necesito concentrar mi mente en algo – le contesto, él suspira profundamente.

– ¿Y mamá?

– Salió a comprar la cena y por su pensión.

Yo sigo revisando mi teléfono y él saca el suyo para revisarlo también. Nos quedamos un buen rato los dos holgazaneando hasta que tocan la puerta.

– Te toca abrir, yo voy llegando de trabajar – dice Mario, ni le contesto mal porque de todos modos yo me iba a parar a abrir porque quería ya mover mis pies.

Voy rumbo a la puerta y la abro. Es Andrés y se ve súper emocionado, empiezo a tener sospechas.

– ¿Puedo pasar? – me pregunta, casi casi brincando.

– Pasa. ¿Qué sucede? ¿Por qué estás así? – le digo mientras los dos nos pasamos rumbo a la sala.

– ¡¿Qué crees?! – alza la voz. Tiene un folder en la mano.

– No espera… ¿te dieron la beca?

– ¡SI ME LA DIERON! – grita y se me avienta dándome un abrazo.

– ¡No lo puedo creer Andrés! ¡Estoy muy feliz por ti! – lo abrazo con mucha alegría, en serio él se merece esta beca.

– ¡Mira! – saca un papel del folder y me lo enseña – Dice que soy aspirante en revisión, analizarán mi promedio y mis documentos oficiales para que puedan meterme a la beca y al intercambio.

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