22- By Bill

65 7 2
                                    

5 de junio del 2008

(3 meses después)

Los últimos tres meses habían sido una mierda, muchas amenazas, últimamente nos vamos a diferentes tipos de lugares con las excusa de relajarnos… cuando claramente es porque hay peligro de por medio. Emily ya había entrado a su clase de porristas, estaba muy bien, creció muchísimo y ahora es más flexible, siempre nos quiere mostrar sus volteretas o algo tan simple como doblarse como un arco hacia atrás. Por otra parte… Tom estaba cada vez más cariñoso Pero al mismo tiempo sobreprotector, me encanta.

Llegué a casa después de la universidad, me adentré a está y... ¿gemidos de una chica?, intenté pensar que era cualquier cosa menos lo que ya tenía claro que era.

–Ah...– escuché a Tom, el amor de mi vida gemir. Subí las escaleras, lentamente, con miedo, terminé de subir el último escalón... entré a la habitación y... ví lo que arruinaría mi vida de la forma más dolorosa...

–¿Quien eres tu?– preguntó la rubia, desnuda.

–¡Lárgate de una maldita vez!– grité, con la pura rabia en mis ojos. La chica tomó la camisa de escote y se vistió al igual que hizo con la falda. La chica salió de la habitación y minutos después de la casa. Tom estaba temblando, tenía los ojos llorosos, yo no era tonto– ¿Por qué?– dije rabioso.

–Lo siento…– intentó decir con indiferencia, pero noté que había impotencia en su tono de voz.

–¿Era mentira cuando decías que me amabas?– dije, roto, muerto pero con ira.

–...

–¡Contesta!– no pude evitar gritar ante su silencio, porque ya no tenía derecho de eso.

–Lo siento…– dijo Tom rompiendo en llanto. Algo no estaba bien. Pero lastimosamente mi cabeza no estaba para preocuparse en eso. Quería explorar.

–¿Y estos meses diciéndome que me amabas, cuando me mirabas, cuando me besabas, era mentira?– estaba derrotado.

–Lo siento…– algo no me terminaba de convencer. Pero no tiene derecho.

–¿Que mierda hice mal?

–Bill…

–¿¡Que mierda hice mal!?– pegué un puño a la pared.

–¡Nada!– dijo por fin– ¡No lo entenderías! Solo acabemos esto y… Y así estaremos bien.

–¿¡Que mierda estás diciendo, Tom!?– no entendía nada.

–¡Por favor, Bill, no hagas más preguntas!– Tom se sujetaba la cabeza con fuerza– Solo abrazame… por favor.

Los dos rompimos en llanto, abrazándonos fuertemente, sintiendo los latidos del otro, aprovechando este último acto de amor, este último contacto, está última vez, porque así como la felicidad llega siempre estará propensa a irse…

Continuará…

Solo Tu Puedes Salvarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora