Las 10:23 de la mañana, era un día soleado, pero relativamente fresco, el viento soplaba suavemente y mecía sus rubios y largos cabellos mientras caminaba con la segunda al mando de su preciada pandilla. Estuvieron en silencio, pensando soluciones posibles y concretas a su problema: una pandilla del Sur de Shibuya comenzó a importunar en sus territorios y entre sus valiosas chicas.
- Aún no sabemos exactamente de qué pandilla se trata, sabemos que es antigua, pero sus integrantes se ocultan muy bien, no tienen caso. - informó la pelinegra con seriedad, su tono era una mezcla de frustración y desprecio, pero se mantenía calmado.
- En ese caso... Seguiremos con la búsqueda, no lo dejaremos así, lo sabes. - su tonada firme y seria, junto a su mirada al frente, demostrando autoridad y determinación. Claramente todas iban a seguir con aquello, sin darse por vencidas.
Siguieron su camino en silencio, disfrutando la vista del Centro de Shibuya, en busca de un café de ambiente agradable y tranquilo, con el objetivo de seguir hablando sus ideas para mejorar el ambiente tenso entre su pandilla por culpa de aquellos hombres que seguían importunando. Entraron al primer local que vieron casi vacío y se sentaron junto a la ventana, mirando a las personas pasar apresuradas. A lo lejos vieron cómo iban cuatro chicos en uniforme negro por la calle, haciendo algo de ruido y, al parecer, algo golpeados.
- Bien, creo que tengo una idea de dónde podríamos revisar. He escuchado de unas estudiantes que han visto a chicos de uniforme gris reunirse en un edificio abandonado cerca del Santuario Meiji, creo que está cerca de la gasolinera abandonada. - habló la pelinegra llamando su atención. Giró su mirada hacia ella con una ceja alzada y un brillo de curiosidad en sus ojos.
- ¿Cerca del Santuario Meiji, dices? - habló, prestando más atención esta vez. La contraria asintió
- Sí, así es. Parece que podríamos encontrar pistas sobre la pandilla rival si investigamos en esa zona. Además, los edificios abandonados podrían ser un buen escondite para ellos. - agregó la pelinegra, con seguridad en su voz.
- Entonces, ¿qué esperamos? Vamos a investigar esa área de inmediato. No podemos permitir que sigan interfiriendo en nuestro territorio y con nuestras chicas. - respondió la líder de la pandilla, levantándose de su asiento con determinación.
Las chicas se pusieron de acuerdo y se levantaron para salir del café. Con paso decidido, se dirigieron hacia la zona cercana al Santuario Meiji.
° ° ° ° °
Los cuatro chicos iban empujándose entre sí, entre risas y algo de escándalo, recibiendo miradas de fastidio e irritación. Estos solo las ignoraban viviendo en su propio mundo mientras celebraban la reciente victoria de la noche anterior.
- Creo que anoche fue una de nuestras mejores victorias, aunque tú hayas salido peor que la otra estúpida pandilla, hermano. - se burló levemente el de cicatriz hacia su líder, este solo lo miró sin gracia.
- ¿Podrías dejar de decir eso? Al menos hago mi esfuerzo... - refunfuñó bufando el Sano mayor, con fastidio solamente intentó ignorar aquel comentario, haciendo que los demás rieran en forma de burla.
- Takeomi tiene razón, te dejaron terrible, líder, ¿Como es que aún tienes la energía para buscar pelea con la otra pandilla y más encima para ésta noche, eh? - inquirió Wakasa, mientras el cigarrillo seguía entre sus labios, éste fue golpeado por la oscura mano de su amigo.
- Deja de fumar en público, idiota. - regañó el más alto de todos, claramente el chico lo ignoró, por lo que solamente frunció el ceño y resopló.
- De cualquier forma, ¿Qué haremos esta noche? - Todos fijaron su atención en Takeomi nuevamente. - Nuestros hombres siguen heridos y no tenemos suficientes para esta noche.
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𝐊𝐚𝐠𝐚𝐲𝐚𝐤𝐮 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐢 |𝗧𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗥𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀 𝗙𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
FanfictionEn una sociedad donde las mujeres constantemente tienen luchas en contra de las normas sociales que se establecen para ellas, "Jōō Arashi" se niega a seguir esas reglas absurdas. En su día a día van a encontrarse con distintos inconvenientes que sur...