Algo de Mí

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CAPITULO 13

Lamento que hayan roto tu corazón Candy- dijo Luca mientras me abrazaba en el establo, podía escuchar el latir de su corazón dentro de su pecho y sentir el calor que su piel desprendía, sabía que era momento de soltarlo, pero no quería hacerlo.

No fue tú culpa- intente bromear, mi corazón volvía a latir como hace mucho tiempo no lo hacía. Lo fui soltando lentamente, él me sujeto antes de separarnos totalmente y se inclinó levanto mi barbilla y seco mis lagrimas, pensé que me besaría en cualquier momento, deseaba que lo hiciera, pero solo me miro fijamente a los ojos y sonreí.

Eres mucho más bonita cuando sonríes, que cuando lloras, ¿lo sabias?- me soltó y tomo mi mano para salir del establo. Lo hiso como si fuera lo más normal del mundo, como si fuera Kat, y eso me hiso pensar que tal vez, para él yo era solo una hermana más, sin embrago me pareció increíble el hecho de que dijera exactamente las mismas palabras que mi Príncipe de la Colina me había dicho, hace ya tantos años.

Kat se mantuvo en su habitación encerrada por dos días, no quería comer ni hablar con ninguna persona -Tenemos que hacer algo, esa niña se va a enfermar si no come algo pronto- se quejaba María con Ruth en la cocina, como si Ruth no lo supiera y no estuviera desesperada por ayudar a su hija. Yo me sentía inútil ante la situación, quería, necesitaba hacer algo para apoyarlas, ellas habían sido tan amables conmigo y no soportaba ver que esta situación fractura a la familia.

Tome papel y tinta de mi habitación y escribí:

Kat, querida amiga, si estas dispuesta a escuchar mi historia estoy lista para contártela, te veo en mi habitación. Con amor Candy.

Deslice el papel bajo su puerta y espere en mi habitación. Pasaron algunos minutos, que me parecieron horas, cuando llamo a mi puerta.

Soy yo Candy, puedo pasar- dijo con voz ronca, típica de cuando has pasado demasiado tiempo llorando.

Corrí a la puerta y la abrí, lo primero que mi cuerpo me obligo a hacer fue abrazarla tan fuerte como pude, ella volvió a llorar.

Candy, por favor, no quiero otro sermón, ya he escuchado demasiadas veces lo estúpida que fui, y lo mucho que hice sufrir a la familia.

Yo me había preparado con una tetera dos tazas y unas galletitas en el balcón.

Te prometí la historia de mis relaciones y es lo que te voy a contar.

Nos sentamos una junto a la otra en dos sillas. Había improvisado un buro de noche como mesa para poner la tetera y las tazas y comencé.

Bueno Kat...

Empecé... le conté toda la historia de Anthony, como lo había conocido, como me hiso sentir especial, como me acepto cuando supo que era una sirvienta en la casa de las personas que me habían sacado del Hogar supuestamente para hacerme parte de su familia, cuando los Leagan me pusieron a dormir en el establo como si fuera otro de sus animales, le conté de aquel terrible día de cacería cuando su caballo cayo en la trampa y murió, como nuevamente me repudiaron y culparon de su muerte. Le conté de Terry y como lo había visto llorando en el barco rumbo Inglaterra, como peleábamos todo el tiempo hasta que poco a poco nos enamoramos, como Eliza nos puso una trampa y fui expulsada del Colegio, el éxito de Terry en el teatro y la desgracia que nos tenía reservada la vida cuando Susana quedo coja por salvarlo, como fui tan estúpida para renunciar a su amor para que Susana no se quitara la vida y como al final fui recompensada con la invitación a su boda con otra mujer con la que era "inmensamente feliz".

Kat escuchaba mi historia como si se tratara de una novela escrita únicamente para hacer sufrir a su protagonista.

Candy, mia cara- me dijo como su mamá lo hacía- no puedo creer por todo lo que has pasado, lo lamento tanto, nunca hubiera pensado que llegaste aquí con el corazón tan herido- llorábamos las dos y nos abrazamos.

Si querida Kat, pero la única constante en toda esta historia ha sido la presencia y el amor de mi familia, la señorita Ponny, La Herman María, Annie, Paty, Archie, pero sobre todo Albert, él siempre ha estado ahí cuando yo lo he necesitado, apoyándome, protegiéndome. Algún día tú miraras hacia el pasado y veras esto desde otra perspectiva y te darás cuenta de que Luca te ama demasiado, que para él tú y tus hermanos son todo y se lo agradecerás. Por favor, te lo suplico, arregla las cosas con él, escucha lo que tiene que decirte, el tiene razones para haberse comportado así. ¿lo harás?

Lo hare Candy, gracias por compartir tu vida conmigo.

Bajamos juntas las escaleras y nos dirigimos a la cocina.

Creo que Kat tiene hambre- dije en voz alta. María y Ruth voltearon sorprendidas y emocionadas.

Pero claro que si mi niña... ¿Qué se te antoja lo preparé enseguida?- María parecía un colibrí entre las flores, moviéndose tan rápido entre ollas y condimentos.

Ruth abrazo a Kath conteniendo lo más que podía su llanto, levanto la cara y sin soltar a Kat me dijo GRACIAS.

Las cosas eran como debían de ser, esta hermosa familia era tan unida que esta estaba segura que superarían esta situación juntos. Luca le conto a Kat acerca de como se entero que el hombre que la enamoró estaba casado, con una chica no mucho mayor que ella, como venían huyendo de otra ciudad, de donde se habían fugado, y que estaba dispuesto a abandonarla con sus dos hijos sin importarle el futuro de ninguno de ellos.

Kat, amore mio- dijo Luca- cuando un hombre ama a una mujer nunca le pide que haga algo escondidas, cuando el amor es verdadero deseas que el mundo lo sepa. Algún día tú conocerás a un chico que hará lo que sea por se digno de tu amor. Y cuando eso suceda espero que acudas a mí, porque tú felicidad y seguridad es lo único que me importa.

Te amo hermano.

El momento de regresar a América había llegado.

inmensamente felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora