Resumen: Sergio sabe que tiene un enorme enamoramiento por Max. Cuando el omega lo invita a pasar el rato con él, no esperaba verlo vistiendo una piyama de vaca, mucho menos lo que siguió después.
Advertencias: Omegaverse Checo alfa Max omega, smut, porno sin trama.
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Al volverse compañero de equipo de Max Verstappen, Sergio supo que estaba muy muy jodido. El omega podía ser percibido como grosero por otras personas, pero para él no era más que dulce; con su linda sonrisa y sus chistes malos que iguala con unos todavía peores que de milagro lo hacen reír. Claro, no lleva el apodo de “el león holandés” solo por fanfarrón, en la pista es una amenaza y una persona muy diferente.
Entonces, si, Checo la tiene bastante mal por el actual campeón del mundo, júzgalo. ¿Cómo no enamorarse de Verstappen? Con esos ojos azules tan bellos que resaltan aún más al captar la luz del sol; con esa encantadora marca sobre su labio superior que Sergio se imagina besando más veces de las que debería; con la forma en que se ríe iluminando el mundo entero con su felicidad. Sergio sabe que está perdidamente enamorado de él, y no se atreve a actuar en consecuencia. Su lobo a veces le recrimina ser tan cobarde, pero el alfa tiene miedo de arruinar su maravillosa amistad con Max por sus sentimientos.
Así que se lo guarda todo incluso si no puede disimular la mirada de pura adoración que tiene cada que ve a Max existiendo —o riendo, o haciendo alguna tontería, o mirándolo—, la necesidad de tener sus manos sobre él, aunque sea solo un poquito, la risa ante sus chistes francamente terribles o subidos de tono. Ya tiene hartos a Carlos y Fernando con sus incesantes parloteos sobre lo mucho que le gusta el omega neerlandés.
Dicho omega, al empezar el descanso de invierno y mientras ambos todavía deben verse para grabar contenido juntos, le hace una inocente propuesta que enciende fuegos artificiales en toda la cabeza del alfa. —¿Quieres venir y ver una película?
Por supuesto, Sergio había dicho que si antes de siquiera registrar por completo la pregunta en su cerebro. Pero Max se veía radiante, entonces todo estaba bien. El día elegido, Sergio se viste de manera casual, el omega le había dicho que de preferencia quería que se quedara a dormir y que él le prestaría ropa. Alteró toda la química en su cerebro escucharlo, así que trata de actuar tranquilo con el pensamiento de dormir en la misma habitación que Max.
Su corazón da un vuelco emocionado al estar parado fuera de su habitación, toca la puerta que se abre después de segundos, revelando un encantador omega recién duchado. —¡Hola Checo!
Max le da un corto abrazo que hace cosas en el corazón del alfa, encantado por el entusiasta recibimiento. Al entrar, encuentra que el neerlandés tiene un adorable sonrojo sobre sus preciosas mejillas, luce algo tímido. —¿Todo bien?
Eso lanza a Max a una de sus habituales sesiones de “maxplaining”. —Sé que has dicho que está bien que muestre algunas de mis características más omega y no tiene nada de malo hacerlo, tampoco debería avergonzarme por eso, pero de todas formas quiero decirte por si no te sientes cómodo. —Lo mira con atención y una sonrisa, dándole ánimo para continuar. —Estoy anidando mucho y me gustaría que estés conmigo en mi nido usando esto.
Observa curioso el objeto que Max se apresura a conseguir y al tenerlo en sus manos, no sabe que pensar. Es un tipo de piyama de unicornio, con una cola rosa resaltando contra el cuerpo blanco y un cuerno en un gorrito que tiene los ojos un poco raros. Es blanco y parece grande, así que es seguro que va a entrar en la cosa, pero ya está dudando sobre ponérselo. Una mirada a los ojitos esperanzados de Max lo hace suspirar internamente, que no queden dudas de cuanto ama a ese hombre.
—Seguro, lo usaré.
Max chilla feliz y oh, ese sonido hace aún más cosas a su pobre corazón. —¡Excelente! Espérame aquí, voy a cambiarme y vamos a mi habitación para que tú también te cambies.
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Colección Chestappen
FanfictionColección de los OS Chestappen que he escrito, también disponibles en AO3.