Mal mal mal

Prólogo

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Me teni que estar weando.

— ¡SI CONCHETUMARE, QUEDÉ FEOS CULIAOS!

Empiezo a dar saltitos mientras mis ojos se llenan de lágrimas, este es mi momento menos bipolar, me siento tan feliz que podría besarme a Pinochet.

MENTIRA, NUNCA TANTO, ASCO PA GRANDE.

A mi habitación, entra mi hermanito con cara de "¿Y a esta que wea le pasa?"

— ¡WARENSITO QUEDÉ! - Lo empiezo a agarrar a besos, mientras hace ademan de que me aparte.

Tan amoroso que es el plasta.

— ¿Qué te pasa, poto loco? - Me llega a mirar con cara de susto, lo espanté.

Ya si igual le meto mucha cuatica, pero entiéndanme igual, no todos los días pasan estas cosas tan maravillosas y llevo casi 4 meses con un tick en el ojo por esta causa. Además, mi mamá andaba con el miedo inminente de que me tirara por el balcón si no quedaba.

Conchetumare, mi mamá.

Me olvide por completo de darle la noticia. Ni tarda ni perezosa, busco mi celular que lancé a la re mierda cuando vi los resultados y empiezo a marcarle a mi mamita.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

Ay, legal que está trabajando y una acá weandola.

Cuatro tonos y me contesta.

— ¡MAMITA!

— ¿Qué te pasa, enferma? Casi me dejas sorda, Aylen.

Me rio un poco por su exaltado tono, con razón es mi mamá si las dos somos igual de choras.

— Ya subieron los resultados de la postulación a la universidad, mami. - Escucho los pasos de mi mamá a través del celular, está caminando en círculos, esta nerviosa.

— ¿Y cómo te fue mi chatita? Recuerda que esto no define tu vida, puedes rendir la PAES el otro año si no quedaste.

No me tiene fe, desgraciada.

— Mami... Si quede en la universidad y en la carrera que quería. - Siento como deja de respirar. - Si quedé en medicina veterinaria viejita.

Empiezo a escuchar como llora, lo que me hace llorar a mí también.

— Me voy al sur mamita linda, me voy a Temuco.

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