1- UNA TORTURA

3 0 0
                                    


Imposible, era totalmente imposible, después de dos años de no vernos de ni siquiera mandarnos mensaje después de que nuestra relación se fuera a la mierda por la desaprobación de mis padres porque decían que no era bueno para mí.

Estaba aquí frente a mí, no era una ilusión no era mentira, era él era él Nathan de carne y hueso el mismo del cual me había enamorado y seguía enamorada...

Quería abrazarlo, correr, llenarlo de besos como hacia cuando aún éramos unos adolescentes pubertos, pero no pude ya que antes de que pudiera decir alguna palabra o si quiera comenzar a caminar hacia él se dio la vuelta hacia mi dirección mostrando una de sus hermosas y únicas sonrisas, pero no me sonrió a mí, si no a la persona que se encuentra detrás de mí.

Me di la vuelta y miro a la persona a la cual le sonreía, Ángela Nilert su mejor amiga, me pasó al lado corriendo abrazándolo quedando colgada de él como un koala, él ni siquiera dudo en sostenerla por los muslos alzándola, lo cual ella aprovecho para comenzar a darle besos por todo su rostro...besos que yo le tendría que haber dado.

No puedo ocultar la tristeza que me comienza a invadir al verlos tan íntimos, al ver que ese lugar un día me perteneció a mí, y que lo eche a perder por mi estupidez, yo necesito deshacerme de los sentimientos que siento por él; pero ahora que lo he vuelto a ver siento que no podré hacerlo.

No quiero seguir viendo ya era más que suficiente saber que ese lugar ya estaba siendo ocupado por alguien más.

Les doy la espalda comenzando a caminar hacia mi casa, no tenía nada más que hacer allí.

Verlo con ella me parte el corazón.

Yo aún lo amo, lo necesito, pero él ya no me necesita a mí.

Eso ya era más que evidente.


  ✧ 


Al llegar a mi casa subo directo a mi habitación la cual solamente tiene una cama matrimonial, una ventana, un escritorio, mi mesita de noche, un sillón pequeño y el baño.

No es mucho ya que no me gusta tener tantas cosas en mi habitación ya que se acumula el polvo, la suciedad y los microbios no me gusta tener mi habitación sucia.

Me siento en mi escritorio mirando un punto fijo, verlo de nuevo hizo que todo dentro de mí se descontrolara no es fácil, han pasado dos años y no he logrado deshacerme de los sentimientos que tengo por él. Mis padres no lo quieren, no lo aceptan, porque dicen que no es bueno para mí que no es el indicado.

Mi madre es una de las pocas doctoras de nuestra pequeña ciudad y mi padre es un arquitecto de renombre normalmente casi no están en la casa, por su trabajo, mamá se la pasa en el hospital y mi padre en su oficina.

Soy hija única por lo cual no tengo hermanos ni siquiera una mascota soy alérgica a los animales tristemente. Bueno dejemos de hablar de mis padres.

Suelto un suspiro cansado recostándome en el respaldar de la silla estirándome mirando hacia el techo.

—Porque tuvo que volver a parecer ¿Por qué?, ¡ahg! —me paso las manos por el rostro con frustración.

Dentro de dos días es mi cumpleaños número dieciocho, cosa que no me emociona, de que sirve cumplir la mayoría de edad cuando tus padres no te tienen confianza.

Ni un poco de confianza me tienen mis padres desde que les presente a Nathan.

Ese día lo corrieron de la casa enojados diciendo que era un criminal, un malandro y que no me aportaría nada bueno en mi vida.

Me prohibieron verlo o si quiera escribirle, gracias a eso nuestra relación se fue a la mierda.

Unos meses después mis padres me presentaron a un tal Adrián el cual era hijo de uno de los contratistas de mi padre era un chico alto de 1.78cm, cabello marrón y ojos de color verde, no tenía ningún tipo de perforación o tatuaje estaba limpio como le dicen los adultos mayores.

Pero definitivamente no era mi gusto Adrián no llamo mi atención, yo quería a Nathan.

Al contrario de Adrián, Nathan un chico de 1.90cm de 20 años, con tatuajes que decoran su cuello, pecho, brazos, con perforaciones tanto en su ceja izquierda como debajo de su labio izquierdo o como le dicen los profesionales un spider bites, se viste como un "delincuente" o así es como lo catalogaron mis padres.

Ese tipo de hombres me gustaban ejem corrección me gustan me encantan, mis gustos son raros lo sé, pero tienen algo que me fascina.

Intenté tener más relaciones, pero no pude olvidarlo, yo solamente lo quería y lo quiero a él.

Pero él ya tiene a alguien más, me rompe el corazón tan solo de pensar que alguien más está recibiendo los besos que eran míos, las acaricias que me pertenecían a mí.

Me hierve la sangre de tan solo pensar que alguien más este con él en estos momentos, nuestra relación siempre fue prohibida, pero lo prohibido siempre es lo más tentador.

Mientras más prohibido sea, más aumentan las ganas de estar con él.

La verdad él y yo jamás nos dijimos un "terminamos" o algo parecido solamente nos alejamos el uno del otro. 

Pero al parecer todo tiene su principio y su final por eso, necesito deshacerme de estos sentimientos, pero se me hace imposible porque él es mi tortura, mi tormento y mi infierno.

Él es mi perdición, él es mi pecado más grande.

Nuestro Pecado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora