P1HARMONY || ¿Qué pasaría si hubiese un séptimo integrante en P1Harmony?
Ethan es el séptimo integrante del grupo P1Harmony, debutado en octubre del 2020.
¿Te gustaría conocer la vida de Ethan junto a seis chicos talentosos?
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⊹⋆⊱Marzo del 2017 ⊰⋆⊹
⊹⋆⊱ ¿Eres Trainee? ⊰⋆⊹
A los 15 años, el pequeño Ethan acababa de llegar a Corea hace algunas semanas.
En estos momentos se encontraba en su habitación, prácticamente en su propio concierto de rock, si es que se le podía llamar así.
Estaba con los audífonos a todo volumen mientras tocaba su guitarra, completamente absorto en la música. Sin embargo, su tranquilidad fue interrumpida por un sentimiento de molestia y cansancio.
Su amigo, sí, SU AMIGO, o bueno, así es como se hacía llamar aquel chico que era su vecino. Desde que supo que un chico de su edad viviría en la casa de al lado, no perdió tiempo en ir a darles la bienvenida el primer día.
Apenas habían puesto un pie en la entrada y ya tenían al molesto chico saludándolos.
El pequeño Ethan estaba un poco fuera de sus casillas porque SU AMIGO estaba duro y dale con que lo acompañara a una audición en una empresa. Primero, comenzó con la idea de que ambos audicionaran juntos.
Ya saben, el típico sueño de dos mejores amigos audicionando y debutando juntos o, en muchos casos, separándose en el camino pero reencontrándose en el escenario.
Ethan ya estaba harto de escuchar a aquel chico hablar de todos esos posibles reencuentros si llegaban a suceder.
A pesar de que el pequeño Ethan le había dicho de mil maneras que ser idol no era algo que quisiera en ese momento, su amigo no se daba por vencido.
Entonces, decidió cambiar de táctica: solo quería que Ethan lo acompañara para ver si después se animaba a audicionar.
Ethan suspiró, resignado. Sabía que su amigo no iba a dejarlo en paz hasta que aceptara acompañarlo. A veces, para mantener la paz, uno tiene que ceder un poco.
Así que, con un último vistazo a su guitarra y una resignación que solo un verdadero amigo puede comprender, Ethan aceptó acompañarlo a la audición, total solo lo acompañaría.
El chino dejó su guitarra a un lado, se bajó los audífonos y se sentó en la orilla de su cama. Tomó su teléfono y buscó el nombre de aquel molesto bicho, como solía llamarlo.
