La Última Leyenda.

CAPÍTULO 1

En una carreta saliendo de la selva de los Tuxtlas, se encontraba Leo y su hermano mayor Nando, contemplando el sonido de las hermosas aves que habitan el lugar, la vegetación tan verde y el cielo tan resplandeciente. También estaban charlando sobre varios asuntos, aunque a veces Nando seguía haciendo sus típicas bromas hacia Leo, nombrandolo chisguete o cuatro pelos, Leo también le seguía la corriente, a ellos dos les gustaba pasar tiempo juntos, hablando y haciendo bromas entre sí, los mantenía unidos. Ellos se dirigían a... Bueno en si no tenían rumbo fijo porque Nando confundió el mapa con papel para envolver. Todo iba bien pero...

-¡oh por diós!- dijo Nando con gran incredulidad mientras escalofríos se apoderaban de el.

-¿¡Qué pasa Nando ¡? Pronunció Leo con nerviosismo

- ¡Se acabaron mis deliciosas pepitas!

-Ay Nando, ya me habías espantado, pensé que nos habíamos perdido o que se había roto una rueda. Además habías empacado más de un kilo- dijo frunciendo el ceño

-tu no entiendes, es un gran problema ¡Ya no queda más en esta vida! - exclamó Nando dramátizandolo

-ya Nando no es para tanto, pareces Teodora-

Nando de un llanto desesperado por sus pepitas, sus ojos se llenaron de ilusión ya que según el, los amigos de Leo podrían tener comida y sobretodo pepitas

-¡Eso es Leo! Vamos al barco de tus amigos y pues aprovechamos para comer -

-no, ah ah - en señal de negamiento

-andale chisguete, además, te estoy dando una excusa para que veas a Xóchitl. Desde que se vieron de nuevo bien que querían estar muy juntitos, tomaditos de la mano, pero no pudieron por los chaneques y por temas del guión- (increíble, rompió la cuarta pared :0)

- ay Nando- Leo le dió un golpe no tan fuerte en el hombro a su hermano

-Oh yo nada más decía - Nando se quedó callado por unos instantes -mira por favor Chisguete, vamos para arriba-

-Esta bien pues Nando pero nada más un rato eh-

A veces Nando era... un poco necio pero al mismo tiempo entendía algo un tanto raro

-¿ya viste el barco Leo?- preguntó Nando

-si, ya, ya lo ví-

-perfecto. Pero ¿cómo subimos ahí? -

Los dos nunca pensaron en nunca subir, era irónico.
Por milagro Teodora llegó a la carreta

-HOLISS NANDITO, hola Leo. Oigan, nosotros en el barco vamos a comer Mole Poblano y queríamos invitarlos, o sea también porque ya llevábamos tiempo sin vernos y sin convivir. Así que si ¿quieren venir?

-pero claro que sí, vamos chisguete- Nando paró en seco, y volteó hacia el barco -pero ¿cómo subimos hasta ayá?

-Ash, pues toma mi mano y nos transportamos -

-¿es seguro ? Preguntó Nando

-pues daa obvio. Pero nada más puedo transportar a uno -

-tienes razón. Leo tu quédate aquí-

-¿¡que!? Noo ¿Que voy a hacer aquí ? ¿No puedes transportarme despues de Nando?

-lo siento Leo pero tardo mucho en volver a hacer esa técnica-.

Leo frunció el ceño -está bien pues, iré a hacer otras cosas -.

Teodora se llevó a Nando al barco y Leo se quedó un poco dormido en la carreta .

Cuando Teodora y Nando llegaron, los recibieron bien. Xóchitl notó la ausencia de Leo .

Leo despertó unos minutos después, volteó un poco aturdido con sed y fue a buscar un poco de agua en la selva. Caminó entre árboles y plantas, miraba que ya estaba atardeciendo, sentía un poco de temor, algo muy raro, sentía que lo observaban, empezó a caminar buscando el camino de regreso a la carreta, pero entre más avanzaba más se perdía. Llegó a tal punto de estar rodeado solo de árboles, sin ningún camino que lo guiará, pronto todo el ambiente se tornó de una manera muy tétrica, el viento soplaba a gran velocidad las ramas de los árboles se movían bruscamente, la niebla amenazó más el lugar, Leo un poco asustado empezó a caminar un poco más rápido y un poco más a ta punto de que ya no caminaba sino que corría.
Paró en seco indignado, cansado y deshidratado, no obstante una mano fría posó en el hombro de Leo, a tal reacción de este, sus cuerpo se puso pálido, escalofríos recorrieron su cuerpo.

Una voz de señor habló detrás de el .

" Ten cuidado con lo que haces Leo San Juan "

Leo sin pensarlo dos veces se echó a correr pero no vió por dónde pasaba y se tropezó con un árbol, quedo inconciente en medio del bosque.

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Leo abrió los ojos lentamente y había notado que ya no estaba en la selva si no en un pequeño cuarto, se paró poco a poco de una pequeña cama y vió a Nando Teodora y Xóchitl a unos metros de el, estaba muy confundido.

-¿Qué? ¿Cómo llegué aquí? - preguntó muy confundido Leo

-Xóchitl salió a por ti pero no estabas en la carreta y fue a buscarte, y estabas muy lejos de la carreta, pero estabas desmayado - dijo Nando -¿qué te pasó Leo? ¿Por qué estabas tan lejos?

-fui a por agua pero me perdí y.. por más que intente recordarlo no, no puedo recordarlo-. dijo Leo para no alertar a nadie, ya que sabía lo que había pasado perfectamente
-Por cierto ¿Que hora es? -

-creo que las ocho de la noche Leo- dijo Nando -por cierto, emm minutos después de que subí aquí, anclaron el barco. ¿Viste eso verdad?

-No, que raro- Leo volteó a Xóchitl -muchas gracias Xochitl por ayudarme emm voy a tomar un poco de aire afuera, me preguntaba si tú quieres venir conmigo - A Leo se le notaba un lijero sonrojo, estaba claro que a él le gustaba ella pero trataba de disimular

- claro Leo - dijo con una gran sonrisa

Ambos se fueron. Nando y Teodora los miraron como se iban juntos.

-que rápido crecen, paso de chisguete a don San Juan- Nando dijo en tono burlón

-todavia no me voy y si te oí eh!-

Leo y Xóchitl bajaron del barco y comenzaron a caminar, no muy lejos de ahí se enteraron que estaban en un cerro y contemplaron el bello paisaje se sentaron en un pequeño pastizal, recargados en una gran piedra y contemplaron el ambiente. Leo vió a Xóchitl, ella a la luz de la luna era muy linda.

- Gracias Xóchitl -

¿Por qué gracias Leo? Preguntó un tanto confundida

-por cuidarme mucho, enserio, talvez ni mi hermano me cuidaría tanto jeje-

-hay Leo, no me tienes que agradecer - dijo Xóchitl con una pequeña sonrisa - me importas mucho y no quiero que nada malo te pase -

Xóchitl se acercó y le dió un pequeño beso en la mejilla a Leo, el se sonrojo pero trató de disimularlo. Voltearon de nuevo a ver el bello paisaje que la naturaleza ofrecía.

Xóchitl se recargo en el hombro de Leo
-te quiero Leo -

-yo, yo ta-tambien Xóchitl -

Xóchitl, estaba muy agotada y se durmió en el hombro de Leo, el lo notó, se le hizo un poco gracioso y tierno a la vez, aunque no pareciera el también estaba cansado y durmió juntando su cabeza con la cabeza de Xóchitl, recargado en una piedra.

Al parecer, el charro no descansaría nunca hasta tener a Leo en sus manos, suplicándole piedad, por sus amigos y en especial por Xochitl y ese malévolo plan ya se estaría haciendo.
El observaba la "cursi" escena según el, a lo lejos, montado en su caballo mientras una fría carcajada salía de el

"te llegó la hora Leo San Juan" ...