Husk

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Husk había sido uno de los primeros en presenciar a la criatura de cerca, lo que había ayudado a identificar lo que era. La 'cosa', como le habían llamado, era un gato... o al menos algo muy parecido. Husk al ser en parte felino había podido sentir al otro ser como parte de su especie gracias a su olfato, aunque esa declaración aún estaba en duda debido a que el cantinero tenía la mayoría del tiempo el sentido del olfato contaminado con alcohol.

Como ya era costumbre él estaba parado detrás de la barra del bar, limpiando un vaso que realmente ya estaba limpio. Era uno de esos momentos en los que no había nadie ni nada que hacer, Nifty debería estar en alguna parte del hotel limpiando, las novias habían salido y Angel estaba en su trabajo, lo que dejaba a Husk solo en el hotel. O eso creia él.

La tranquilidad del cantinero fue perturbada cuando un olor extraño vino a sus fosas nasales. De inmediato se tapó la nariz con una mueca de asco. Aquel olor que sentía era nauseabundo.

Se dio la vuelta en su lugar y justo detrás de él se hallaba lo que parecía ser una ratón muerto. Husk se alejó del cadáver mientras maldecía en voz alta. Camino en reversa hasta que algo en el piso le hizo caer. Al ver la cosa que le había hecho caer se encontró con el 'gato' que le veía fijamente, o al menos eso parecía.

El gato desvió su mirada hacia el ratón muerto, luego hacia Husk y devuelta al ratón, así un par de veces hasta que el felino más alto se dio cuenta de lo que la cosa quería.

-No jodas... no voy a comer esa porqueria.-- Se quejó con una mueca.

El gato se quedó en silencio hasta que algo en su cerebro hizo click, entonces fue cuando se dio la vuelta y se fue corriendo. Husk lo vio irse en silencio, sin saber lo que sus palabras habían ocasionado en el pariente de su especie.

Los días siguientes Husk tuvo que soportar las consecuencias de sus palabras. Ya que el gato más pequeño había entendido que a Husk no le gustaban los ratones, intentó ofrecer otras series de animales. Dejó cadáveres de aves, conejos e incluso intentó dejándole una vaca entera, pero solo recibió maldiciones por parte del alado.

Husk había rechazado todos esos animales muertos de forma brusca y al tiempo dejó de encontrarlos, lo que interpretó como que la molesta criatura finalmente se había rendido en su tonta broma. Pero nada más alejado de la realidad.

Una mañana en la que todos estaban reunidos en la recepción del hotel se empezó a oler un aroma a podrido.

-¿Huelen eso?-- Se quejó Angel mientras tapaba su nariz con sus cuatro brazos.

-Parece que viene de arriba.-- Mencionó Husk mientras su nariz se movía.

Subieron al segundo piso y empezaron a registrar habitación por habitación buscando de donde venía el olor. Al llegar a la fuente se encontraron justo en la puerta de Husk. Los demás vieron confundidos al felino, quien abrió la puerta de su habitación.

Las miradas de todos vieron con sorpresa lo que se encontraba ahí... eran cadáveres de pecadores.

-Husk... ¡¿Qué significa esto?!-- Charlie exigió una respuesta.

Husk registró con una mirada furiosa la habitación, ya sabiendo quien había sido el causante de tal atrocidad. Cuando lo encontró escondido en la rejilla de la ventilación le apuntó con un dedo acusatorio mientras exclamaba en voz alta:

-¡Tú!

El gato más pequeño ladeo la cabeza, sin entender aún porqué nada de lo que le ofrecía a su pariente felino le gustaba. Al final la criatura se alejó, pensando que su pariente era un inutil por no salir a cazar y malagradecido por no aceptar los alimentos que amablemente le estaba dando.

Mientras él se perdía en las laberínticas ventilaciones, a lo lejos se escuchaba a Husk maldiciendo.

[Fin del capítulo]

Energía caótica || CatalastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora