La embarcación partió puntual y en pocas horas, Esteban y el príncipe estuvieron en altamar.
El barco no era demasiado grande, Fran se había encargado de encontrar uno con muy pocos tripulantes y lo había conseguido, junto a ellos solo estaban el capitán del navío, algunos marineros, el cocinero y una pareja italiana que volvia a su hogar.
en la parte intermedia estaban las habitaciones y aunque Francisco deseaba dormir con Esteban en la suya tuvo que conformarse con tenerlo solo algunas horas para no despertar ninguna sospecha.Esteban, sin embargo no estaba pasandola tan bien; las náuseas y los mareos eran casi incontrolables pese a ser un viajero constante.
-¿seguís mal?-le preguntó acariciando su nuca.
Sobre el mar se había desatado una leve tormenta y la agitación del barco hacía que la cabeza del pintor diera miles de vueltas.
Tintín, en cambio, estaba feliz de viajar, se había acomodado en la cama del príncipe y dormía profundamente.
-estoy un poco mejor-respondió él aceptando la jarra de agua que el príncipe le ofrecía mientras intentaba estabilizarse sentado en un sofá.
Una nueva y refrescante sensación en su garganta hizo que su estómago se tranquilice un poco.
acomodó su camisa debajo de los tiradores que sostenía su pantalón y miró a Fran, que obervaba el mar desde el portillo.
era una imágen celestial, el príncipe despojado de sus clásicas vestimentas, luciendo una camisa suya que le quedaba algo grande y unos pantalones sueltos con sus ojos profundos puestos en la profundidad más intensa del mundo, su corazón de artista no le permitía ignorar aquéllo, se puso de pie y tomó su cuaderno de hojas lisas listo para bocetearlo.Fran volteó a verlo y sonrío
-definitivamente te sentís mejor, eh
-sh,quieto-le pidió midiendolo con su pulgar para finalmente ponerse manos a la obra
El boceto era eso,un boceto simple a carbonilla que Esteban esperaba convertir en un cuadro al óleo en cuanto estuvieran en tierra firme, aún tenía la clara idea de que Fran se convertiría solo en un hermoso recuerdo y deseaba guardar algo de aquéllo.
Cuándo terminó y dejó el cuaderno a un lado Fran se acercó y se sentó sobre sus piernas; le pasó un brazo por encima de los hombros y besó sus labios
-creo conocer esta camisa-le dijo rozando la tela con sus dedos
-ahora es mía-respondió él con soberbia-no puedo comprarme una propia
-imagino que no
ambos rieron y volvieron a besarse mientras la lluvia parecía volverse más intensa.
-Antonio va a encantarte, es amable y divertido-comentó el príncipe con entusiasmo
-lo admiras mucho ¿no?
-lo hago, él me enseñó casi todo...lo extraño mucho
-bueno, mi amor, en pocos días vas a estar con él-le dijo acariciando su cabello-van recuperar el tiempo perdido
-¿se habrá casado? en la carta no mencionó nada, solo que quisiera verme, desconozco si lo ha hecho antes, mi padre no nos permite recibir nada de él, la carta llegó a mis manos casi de casualidad
-tal vez tengas sobrinos
-eso seria divertido, y aunque tengan otros tíos yo soy el mejor
-por que vos sos el mejor en todo ¿no?
-por supuesto que sí
Esteban sonrío y lo besó, parecía que besarlo era todo lo que quería hacer el resto de su vida.
Sin embargo lo que en un principio pretendía ser un beso tranquilo lentamente escaló a uno caliente y torpe.
la lengua de Fran se metía por todas partes mientras sus atrevidas manos jugueteaban con los tiradores ajenos.-¿no te alcanzó lo de anoche?-le preguntó sonriendo, aunque no podía acusarlo de nada, él estaba igual de agitado
-nunca me alcanza
Esteban tomó su rostro y empezó a besarlo nuevamente, con fuerza y algo de violencia; afuera solo podía escucharse la brisa del mar y la lluvia, el barco se mecia lentamente rompiendo las olas a su paso mientras ellos se acariciaban mutuamente.
-¿mi príncipe está muy excitado?-le preguntó al oído mientras metia una mano debajo de la camisa, acariciando y casi arañando el pecho de Fran
Él movió su cabeza en señal de afirmación mientras mordia sus labios y se balanceaba contra las piernas de su amante sintiendo como su erección se volvia más dolorosa.
-pobrecito-le murmuró retirando la mano del pecho para abrirle el pantalón.
Con el pene del principe en su mano, empezó a masturbarlo lento, casi como si imitara los movimientos suaves del barco sobre el mar.
Fran empezó a respirar con dificultad, cerró los ojos y relamio sus propios labios, Esteban era muy bueno para tocarlo en donde era necesario.-¿te gusta tocarme?-le preguntó en un jadeo
-tocarte es todo lo que me gusta-respondió el pintor antes de morder tan fuerte su cuello que recibió un pequeño lamento en respuesta.
La mano subía y bajaba a un ritmo más frenético.
el pene de Fran estaba hinchado y húmedo,muy fácil de manipular-¿asi, mi amor? ¿te gusta asi?-le preguntó aunque no era necesario, los gemidos de resonaban por todo el camarote
-asi...dios...asi
-es tan grande, tan lindo...-murmuró Esteban con su mirada puesta en el enrojecido miembro ajeno
-me estás matando
Esteban se detuvo un momento y le pidió que se levantara. a continuación le indicó que tomara asiento y de inmediato se puso de rodillas envolviendo la punta con sus labios.
-deci que soy tu príncipe de nuevo-le pidió Fran al borde del orgasmo mientras enredaba sus dedos en su pelo
-sos mi rey, sos todo para mí...-le dijo antes de seguir moviendo su boca
-te amo
-te amo, hermoso mío-respondió dando los movimientos finales con la mano, antes de que Fran termine.
En poco tiempo, tanto los labios de Esteban como su camisa puesta en Fran estaban llenos de semen.
cuando se puso de pie limpiandose miró al príncipe, siempre le gustaba mirarlo después de terminar, increíblemente era aún más hermoso y él tenía que contenerse para no bocetear eso también.-vas a tener que limpiarme la camisa antes de devolvermela-bromeó
Fran abrió los ojos, echó una mirada por su pecho, sonrío y empezó a desabotonarla
-mejor me la saco ¿no te parece?
-¿para que?
Una mirada cómplice brilló en los ojos del príncipe
-¿para que te parece?
-realmente nunca te alcanza
-nunca es suficiente de usted,señor Kukuriczka-dijo antes de desnudarse por completo.