Me tire sobre el sofá agotada. Papá aún estaba cerrando la puerta cuando sentí a Robert sentarse a mi lado, levantando mis piernas para dejarlas sobre las suyas. Le sonríe tímidamente.
Entre las buenas noticias, habíamos conseguido poner una denuncia contra a Joel. Después de que se atreviera a venir hasta mi casa, pudimos conseguir las cámaras de seguridad de la casa de mi vecino que, muy amablemente, nos dió luego de que se lo pudiésemos. Por suerte, el ángulo de la cámara era perfecta y no solo se podía ver la cara de Joel, sino también la patente del auto de su padre, que efectivamente confirmaba que era el coche de la familia Possler.
La policía no tenía razones para no tomar la denuncia. Ahora solo había que esperar hasta que algún juez lo apruebe y tenga la orden de alejamiento que me merezco.
Pero, a pesar de tener todo a mi favor, era agotador tener que hacer esto. No debería. Tendría que estar tranquila, en mi casa, sabiendo que él está en la cárcel.
—Voy a cocinar para esta noche ¿Por qué no arman el arbolito de navidad?— habló mi padre mientras se acercaba a dónde estábamos acostados—; falta una semana y no hay ninguna decoración.
Era verdad. Faltaba solo una semana para navidad y no teníamos ninguna mísera luz o algo que diera alguna señal de espíritu navideño. Así que aceptamos y media hora después estábamos los dos sentados en el suelo de la sala, con dos cajas llenas de pelotas de colores, luces enredadas que estábamos intentando desenredar y un montón de cosas más.
—Esto es imposible— suspiro Robert, tirando del cable de las luces de colores que estábamos desenredando juntos.
—Sí es posible, solo debes tener paciencia— sonreí.
—Nunca fui una persona paciente.
Me reí. Eso era mentira, era la persona con más paciencia que conocía, pero sabía que solo lo decía en broma.
Pudimos terminar de desenredar todo una hora después. Habíamos armado el arbolito y ahora estábamos colocando las decoraciones, mientras reíamos y nos hacíamos bromas pequeñas de por medio. Cuando me estire para colocar una figurita de un copo de nieve en una de las ramas, Robert se acercó para pasarme la mano por las costillas y obligarme a retorcerme por las cosquillas.
—¡Hey!— me queje, girandome y pegándole con la figura en la cabeza. Este se rió y me quito el adorno de la mano, para colocarlo él mismo.
—Hoy he hablado con Myah y me contó que Milo está perfecto. Lo llevó al veterinario y aumento cinco kilos— contó.
Sonreí, feliz. No veía la hora de volver y poder ver a mi nuevo compañero de nuevo. Pero no pase algo por alto.
—¿Y tú qué haces hablando con mi amiga?
Se rió, achicando un poco los ojos.
—Le pedí que llevará a Milo al veterinario.
—Mmmh— le entre cerré los ojos mientras me agachaba para buscar otro adorno en las cajas.
Solo estaba bromeando, claro. Sabía que él no intentaría jamás algo con mi amiga ni que mi amiga intentaría algo con mi novio.
Seguimos hablando mientras terminamos el arbolito y un rato después admiramos nuestro arduo trabajo desde la comodidad del sofá. Lo había abrazo por la cintura y descansaba la cabeza en su hombro, mientras él me hacía unas dulces caricias por la espalda, tan imperceptible como si, en realidad, lo estuviese haciendo inconscientemente.
—Estuve pensando— hable, rompiendo el silencio. Me aleje un poco para poder mirarlo a los ojos—; creo que quiero volver a las redes.
—¿Eh?— pregunto.
—Retomar el modelaje, quiero decir.
Me miró atentamente unos segundos, analizando cada parte de mi rostro como para comprobar si iba en serio. Al darse cuenta que si, tragó saliva y volvió a hablar.
—¿Estás segura? La gente tira comentarios de mierda a cada rato, Sam.
—Ya lo sé. Ya los he leído, pero la verdad, he aprendido a que no me importen— murmure—; es algo que me gusta, no debería abstenerme a esto solo por el que dirán.
—Tienes razón pero...no quiero que te afecten los comentarios, Sam. La gente puede ser mala cuando quiere.
Sonreí.
—Ya lo sé. Que lo sean, no me importa. Y si veo que son muchos y la cosa no mejora, bueno, intentaré otra cosa.
Me acaricio el cabello, mirando con esos ojos dulces que me vuelven loca cada día. Me sonrió de lado, como siempre, y eso fue suficiente para sacarme otra sonrisa a mí.
—Esta bien. Yo seré el que te diga lo hermosa que eres en cada publicación.
Me reí, acercándome para darle un beso en los labios. Jamas me cansaría de besarlo a cada rato, era una adicción que no pretendía curar.
—Pero tema aparte ¡Mira lo que he comprado hoy!— sonreí maliciosamente mientras me levantaba de golpe e iba hacia la mesa, dónde había dejado las bolsas de la compra. Saque la caja que había en uno de ellas y se la enseñe con emoción—; ¿Quieres teñirme el pelo, señor Pattinson?
Rob me miró con una ceja arqueada, confuso, antes de soltar una risa al entender que era lo que llevaba en la mano.
—Encantado, señorita Delgado.
Sonreí mientras me acercaba para arrastrarlo conmigo.
🍒
Holis 👉👈
Salgo de las sombras después de tantos meses desaparecida. Es el peor capítulo del mundo, lo se, pero tanto como ustedes estoy retomando esta historia que había dejado abandonada pero, como les dije anteriormente, siempre tuve la intención de terminar.Prometo que los siguientes capítulos serán mejores, falta historia para Robert y Samay.
Y lamento mi desaparición, estuve ocupada y es que la vida de adulto es agotadora 😢😢 q me conseguí un trabajo, que lo perdí, que intenté un emprendimiento fallido, que termine consiguiendo otro trabajo, ¡Termine la secundaria!!!, pero empecé la facultad 🤯
Estoy con mil cosas y realmente no conseguía ningún espacio para escribir, pero ahora estoy un poquito más relajada, así que intentaré escribir y terminar esta historia.
Espero que me sigan leyendo a pesar de la espera💘
Con amor, -CE.
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Si te perdono| Robert Pattinson. (Instagram #2)
RomanceSegunda parte de Instagram. Después de dos años de lo sucedido Samay decide tomarse un año sabático para poder decidir que carrera estudiar, pero en sus planes se mete su mejor amiga a cambiarle un poco el rumbo de sus ideas. Unas vacaciones en Los...