37. ¿Sabes lo que vamos a hacer hoy?

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Samuel.



¿Sabes lo que vamos a hacer hoy? —El chico negó con la cabeza, sin dejar de mirarme— Follar. —vocalicé, con tranquilidad.




El chico empezó a removerse bajo mi cuerpo, pero no podía apenas hacerlo, porque lotenía, totalmente, atrapado.


Guillermo parecía haber estado disfrutando lo que habíamos hecho hasta el momento, por eso pensé que estaría bien ir un paso más adelante.Aunque ahora se alarmase ante esa palabra, sabía que sería capaz dedisfrutarlo, de hecho estaba seguro de ello.




¿Estás asustado? No tienes porqué, pequeño —dije, acercándome,lentamente, a sus labios, para besarlo con ternura. Quería que se relajase—. Te va a gustar, ya verás —Él me observaba desde abajo, sin saber qué hacer ni decir—. Tranquilo, mi Willy. —Le sonreí.



A-amo...e-esto... —Lo despeiné un poco con mis manos y besé su frente.




Me moví un poco, para quitarme los calzoncillos y acomodarme de nuevo sobre él.


Mis manos navegaron por su cuerpo, recorriendo cada parte de él.


Guillermo se movía, intentando escapar sin muchas ganas, al parecer.




¿Por qué sigues insistiendo en que no quieres esto tanto como yo? —Me acerqué a su oído y le susurré— Estás deseándolo, lo sabes.Así que no te resistas o te dolerá más.




Su rostro palideció, mirándome con ojos suplicantes.


Llevé una mano a su miembro y comencé a acariciarlo, al mismo tiempo que observaba su reacción. Sus ojos se entrecerraron y sus labios se separaron para coger más aire.


Con mi otra mano, empecé a acariciar una de sus piernas, hasta cogerla y colocarla sobre mi hombro izquierdo. Él volvió a abrir los ojos,bruscamente. Debía tranquilizarse.


No podía evitar mirarlo con una sonrisa en la que sólo reflejaba lujuria.Quería que se sintiera cómodo, pero yo no era de esos que mostraban compasión por otros, ya no.


En un ligero movimiento, su otra pierna también se encontraba sobre mi otro hombro.


Mi cuerpo y el suyo ahora estaban más cerca.


El joven estaba estático, como si se hubiera congelado. Agarré su trasero,acercándolo un poco más a mí. Lo acaricié con delicadeza,mientras él, de vez en cuando, me miraba a los ojos.

Duros caminos del destino [Wigetta y Lutaxx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora