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Narra México: Cómo llegué aquí, un pasillo muy iluminado, no oía nada, tampoco sentía mi cuerpo, no creo estar en el Mictlán, no hay flores de cempaxúchitl, ni rio, tampoco veo a algún Xoloitzcuintle, sólo veo imágenes a mi alrededor y recuerdo cómo empezó todo.

Trece Colonias, ese nombre tenía Estados Unidos de Norte América en ese entonces, su cabello rubio y ojos azul realmente eran cautivantes, con dientes blancos y con un rostros con ciertos toques de salvajismo; nos encontramos por primera vez a la orilla de un río, yo me llamaba Nueva España en ese entonces.

―Hola, quién eres

―Hello, I don't understand you very much

Parpadeé un poco, con una sonrisa en mis labio contesté.―Creo que estamos en las mismas,― me acerqué a él y con señas y dibujos en el suelo empezamos a "conversar", así pasó mes y medio yo me escapaba de la vigilancia de mi padre España y el de su padre Reino Unido o United Kingdom, ambos empezamos a enseñarnos nuestros idiomas coloniales, ya que él pese a ser hijo de Francia Y UK también compartía un laso con nativos, pero no sabía mucho de su lenguaje, y en cambio estoy más conectada con el náhuatl una de las tantas lenguas de mi madre. Cuando trece y yo teníamos 16 y 17 años, yo soy mayor que él, decidimos entregarnos el uno con el otro, cerca de río Bravo construimos un pequeño refugio durante nuestras escapadas en él descubrimos nuestros cuerpos y el primer amor.

Sus labios eran suabes, como una pequeña cereza, me encantó que sus ojos fueran igual que el firmamento, y su cabello como el mismo sol. ―I love how New Spain looks at you, your two-color eyes...Son tan hipnotizantes, tu piel tan white and your cross on your fase. ―Dijo él; nos besamos con ternura, nos tocamos, el exploró cada parte de mi cuerpo con su boca, succionó mis pezones, yo acariciaba su espalda, también exploraba cada parte de su cuerpo con mi boca, y he de confesar que practiqué mucho con paletas para bueno... Pero su miembro no era para nada como una paleta, era grande y más grueso, sin embargo no me acobardé y empecé dando pequeñas lamidas, él puso mi pelvis en su boca e hizo lo mismo, succionó y lamió, así estuvimos un rato hasta que nos sentimos listos; él se posicionó y empezó a penetrarme lentamente, yo sentía un poco de dolor, pero nada comparado a los castigos físicos de mi padre, él también tiene marcas en su cuerpo, pero no son tan grandes como las mías; cuando ya estuvo completamente dentro de mí, nos volvimos a besar mientras hacíamos un vaivén simultaneo, nuestros gemidos se podían apreciar, y la sensación de éxtasis con fuegos artificiales se apoderó de nosotros, cuando estábamos llegando al clímax ambos dijimos en vos en grito:

―New Spain, I love you and I will always be with you

―Trece Colonias, te amo y siempre estaré contigo.

De repente ese recuerdo se desvaneció, y apareció otro cuando Trece ya tenía otro nombre al igual que yo, ambos nos habíamos independizado por fin, pero nuestra relación parecía fragmentada, como un giro inesperado, una antítesis que me dejó con un sabor amargo.

―Ya te dije gringo que dejes de estar molestando, no quieras que use mi lenguaje de carretonero contigo porque ya sabes que cuando empiezo no termino, sí decidimos tener hijos, California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, Colorado y Wyoming son de nosotros no sólo tuyos, tal vez tú te recuperaste más rápido, pero ti papi UK te sigue apoyando pese a que ya tengas tu independencia de él, ¿Dónde quedó ese Trece Colonias que tanto amé he? ¿Por qué después de tanto que emos pasado me haces esto?

―Shut up, bean, I want to grow, be the best and not stay stagnant like you! I... Yo ya no siento nada por ti Mexico.

Una fuerte bofetada es lo que sentí, pero claro está que yo no me iba a dejar; el que se lleva se aguanta y supe que ese instante nuestra relación se había roto por completo, ya que cuando alguien le pega a otro alguien, no importa las promesas, o los juramentos e incluso que vayan a terapia, sólo con un golpe se empieza y es claro que va a repetirse. Le di un rodillazo en sus partes bajas y un fuerte golpe en la nariz, pude oír como esta crujía, después de eso hubo una guerra muy larga entre nosotros, él ganó y se llevó a nuestros hijos, pero por si eso fuera poco, nuestros representantes de ese entonces decidieron que firmáramos un "acuerdo de paz", lo que en realidad pasó es que nos encerraron en esa vieja cabaña que está a las orillas de ese río, sin armas o algún utensilio para que nos atacáramos o algo por el estilo; la incomodidad flotaba en el aire, pero algo de hace ya tiempo que él dijo me sobresaltó.

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