Agua Amarga

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Vivía en un mundo aparentemente perfecto en el que, a mis treinta y dos años, tenía una familia sólida, unas amigas excepcionales y una empresa floreciente. Residía en un precioso loft en el corazón de Barcelona y poseía una cuenta bancaria rebosante de dinero, más de lo que jamás iba a gastar.  Cada uno de mis logros era el resultado de incansables esfuerzos, perseverancia y largas jornadas de trabajo duro.

Sin embargo, a pesar de tener todo lo que cualquier persona pudiera desear, en mi interior se gestaba una sensación abrumadora de vacío y soledad.

Me llamo Candela y esta, es mi historia

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