UN REENCUENTRO POCO AGRADABLE

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Hacía menos de cuarenta y ocho horas que fui encerrado en Blackgate... ¡y ahí estaba de nuevo! Me arrepentiría de haber efectuado un furgón de escape, pero si no hubiera hecho eso; esos politicuchos de tres al cuarto no recibirían hoy su merecido después de tanta corrupción. O sea que... bueno, tal vez no moleste a los prisioneros con la elección de canal de televisión. ¡Siempre querían poner las noticias! Eran aburridas, siempre hablando de lo mismo. Pero hoy sabiendo lo que pasaría no me molestaba tanto la idea. Batman podrá ser tan astuto como le plazca, pero esa bomba plantada en el micrófono no la encontraría jamás. Tal vez esa sería la única que Sionis podría hacer explotar, pero al menos la jugarreta tendría un mínimo de gracia. Eso era lo que contaba al final, ¿no?

Me levanté de la cama y me estiré, viendo de reojo a Lazlo. Lo habían encerrado... conmigo. ¿Existía tortura peor que dormir con alguien que ronca? SÍ. Dormir con un hombre que ronca y hace sonidos de cerdo, intermitentemente. Me parecía un castigo excesivo a pagar por plantar un par de bombas en una corte. ¡¿Y yo era el cruel?! Suspiré suavemente y antes de que pudiera entablar alguna conversación (desagradable) conmigo, me fui de la celda, ya abierta desde hacía probablemente una media hora. Era increíble lo poco estrictos que eran estos policías sobre la hora a la que despertaban los reclusos... Eran capaces de dejarte dormir días seguidos, probablemente. ¿Tal vez le podría preguntar al viejo con un parche en el ojo? No me acordaba de su nombre. ¿Slay? Es un nombre muy ridículo para alguien que aparenta ser un malote, aunque bueno, ¿quién era yo para juzgar? Tan solo había que mirar a Bane.

Llegué a la zona común, también utilizada como comedor. Todos estaban desayunando y viendo las noticias. Era bastante molesto escuchar a todo el mundo dando voces sobre qué pasaría hoy en la moción de censura, sobre si era lo correcto o no. ¿Por qué últimamente era todo lo que escuchaba? Era jodidamente agotador escuchar charlas moralistas. ¿A quién le importa qué es lo correcto o no? ¿Qué DIVERSIÓN había en eso? Tomé una bandeja y me sirvieron un mejunje asqueroso que ellos consideraban desayuno. Claro está que las existencias de donuts estaban liquidadas gracias a los policías, no podían servir otra cosa. Me senté en una mesa vacía y miré a mí alrededor.

— Joder, sin Ivy esto es muy triste. —

Murmuré para mí mismo, observando a todos los reclusos que me rodeaban, sin ver a nadie que llamase mi atención. ¿Iba a ser así siempre que me encerrasen? Definitivamente tendría que empezar a socializar, aunque sabiendo lo idiota que era la gente en estos lugares sería horrible. Mis ojos se posaron sobre el único hombre interesante, y lo suficientemente respetado como para que nadie decidiera sentarse en esa mesa enorme que había tomado para el sólo. La gente prefería estar sentada en el suelo... Bueno, yo no era como la gente. Me levanté, dejando la bandeja en su lugar (no muy interesado en su contenido de todas formas) y me dirigí a la mesa del peliblanco, apoyándome en esta y mirándole. Alzó su rostro, suavemente molesto.

¿Eres imbécil o un suicida? — Escupió sus palabras, y pude ver que su desayuno era distinto al del resto. Se veía comestible... aunque bastante sano. Dudaba bastante que ahí hubiera un solo gramo de azúcar.

Puedo ser lo primero, y definitivamente soy lo segundo, HAH... Pero no vengo a por problemas. ¿Cómo es tu nombre?

Puedes llamarme Deathstroke. ¿Qué te incentiva a venir aquí, Joker? —

— ¡UhUhUhh! Sabes mi nombre, que halagador. —

— Difícil no hacerlo cuando Bane está todo el día con tu nombre en boca. Reconozco tus agallas; darle una patada a ese hombre requiere, como mínimo, valentía.

— ¿Una patada? Ooh, ya me acuerdo. Bueno, era darle una patada o morir asfixiado. Sería de idiota no haberlo hecho.

Me gusta tu forma de pensar. Tristemente no es la común. —

𝐓𝐇𝐄𝐑𝐄'𝐒 𝐀𝐋𝐖𝐀𝐘𝐒 𝐀 𝐂𝐇𝐎𝐈𝐂𝐄. [BatJokes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora