Cap 32

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—¿Tienen alguna pista sobre dónde está? —pregunta Hyunjin.

—No lo creo —digo—. Yeji no ha mencionado nada.

—Maldita sea, ojalá estuviera allí. Apuesto a que nadie sabe dónde buscar.

—¿Dónde crees que puede estar? Puedo ayudar a buscarlo —digo.

—Podría ser una docena de lugares...

—Comprobaremos cada uno de ellos.

—Déjame pensar... —Su voz está tensa.

—Todo va a estar bien, Hyunjin. Vamos a encontrarlo.

Escribo los lugares que Hyunjin recuerda en un papel y le envío un mensaje a Yeji de nuevo. Ella agarra el auto de su padre para venir a recogerme y vamos a buscar a Seongjin. Yeji y yo dividimos la lista de lugares por la mitad, según su proximidad. Como voy a tomar el lado norte de la ciudad, Yeji me deja cerca del teatro y voy corriendo. Compruebo la tienda de cómics, el autocine, la tienda de donuts y todo lo que hay entre medias. Cuando me doy cuenta de que no está en la ciudad, corro hasta el lago para ver si está allí, pero no hay rastro de él. Así que sigo adelante. Es un largo trote hasta la colina del monumento, pero tengo que comprobarlo. Este no está en la lista de lugares de Hyunjin. Tenía la sensación de que Seongjin podría estar allí, sentado con él. Una vez que llego a las puertas y subo la colina, me decepciona ver que estoy equivocado.

Vuelvo a comprobar la lista. Los últimos lugares que Hyunjin nombró están un poco alejados. Son lugares en los alrededores del antiguo barrio donde vivía. Uno de ellos es un pequeño parque donde solían montar en bicicleta después de la escuela. No sé qué posibilidades hay de que esté allí. Pero dejo mi ubicación y me dirijo a ese parque de todos modos.

Tardo un rato en averiguar dónde se encuentra el parque. Nunca he estado en esta parte de la ciudad. Tengo que parar y preguntar a la gente en la acera cómo llegar. Cuando por fin lo encuentro, escondido al final de una calle sin salida, veo una chaqueta verde que me resulta familiar colgada sobre un banco. En cuanto veo a Seongjin sentado solo en el columpio, mirando al suelo, me detengo para recuperar el aliento.

No he hablado con él desde la muerte de Hyunjin. Ni siquiera sé qué decir cuando me acerco a él en los columpios. Aunque todavía estoy recuperando el aliento debido a la carrera, mantengo mi voz suave mientras me acerco a él.

—Hola, Seongjin... —digo—. Todo el mundo te ha estado buscando, ¿sabes? Nos tenías a todos preocupados.

El no me mira. Mantiene su mirada en el suelo.

—Se alegrarán de saber que no estás herido —continúo—. ¿Qué estás haciendo aquí?

El no dice nada. De repente me acuerdo de aquella noche en la feria en la que no me hablaba. Fue la última vez que estuvimos los tres juntos, ¿no? Supongo que hace mucho más tiempo de lo que recuerdo desde que vi a Seongjin. Vuelvo a suavizar la voz.

—¿Qué tal si tú y yo nos vamos a casa, de acuerdo?

—No.

—Tus padres están muy preocupados... —empiezo.

—¡No quiero ir a casa! —grita.

—¿Pasa algo? Sabes que puedes decírmelo.

Estoy seguro de que esto tiene que ver con Hyunjin. Pero no sé cómo abordar la conversación. No puedo imaginar lo que se siente el perder a un hermano. Es un tipo de dolor que nunca entenderé. Intento coger la mano de Seongjin, pero la aparta.

—Déjame en paz —dice, apretando los brazos—. No voy a ir a casa.

Aléjate de mí.

Me duele oírlo hablar así. Me gustaría poder mejorar las cosas.

Has llamado a Hyunjin || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora