Al llegar a lo que los Runaways llamaban "hogar" se encontraron con el edificio en obras en ruinas. Habían perdido casi todo, los sofás en los que habían compartido muchos momentos, toda su comida, aunque no fuese mucha e incluso habían perdido sus ahorros, los que Xavin se había ganado trabajando con Valeria.
- Joder, os la han hecho buena chavales. - Dijo Paco.
- Todas nuestras cosas... Estaban ahí... - Dijo Chase.
- Eh, al menos vosotros no, aún os tenéis los unos a los otros. Venga, Valeria solucionará esto, estoy seguro.
- ¿Y dónde nos quedaremos hasta entonces? - Preguntó Molly.
Paco miró a la pequeña, luego al resto de jóvenes, estaban destrozados. Paco se estiró y señaló al coche con un movimiento de cabeza.
- Venga, subíos al coche, os venís a mi piso. Es minúsculo, pero tendrá que servir.
- ¿Su... Piso, señor Paco? - Preguntó Karol.
- Sí, venga, no me hagáis cambiar de opinión. - Dijo Paco volviendo al coche.
Los adolescentes se miraron entre ellos, luego caminaron hasta el coche y montaron en él. Paco les parecía alguien peligroso y malo, pero empezaban a suponer que era por los prejuicios de ser alguien que había salido de la cárcel. Ayudó en una pelea contra la banda de Kraven, luego acudió a Valeria para ayudar en la lucha contra el villano y ahora les ofrecía su casa.
Los jóvenes héroes se abrazaban en el asiento de atrás del coche mientras Xavin los miraba desde el asiento delantero. Paco miraba la escena por el espejo retrovisor y solo pudo penar en que no se arrepentía de haberlos acogido en su casa... Al menos de momento.
Una vez en el pequeño piso de Paco, se acomodaron como pudieron y Karol le mandó un mensaje a Nico para informarla de lo de su base. La cobertura en aquel pueblo no era la mejor, por no decir que estaban casi incomunicades allí, por lo que el mensaje tardaría en llegarle y mucho más en verlo. Al enviar el mensaje, se puso a buscar noticias.
- Chiques... Aquí dice que Kraven y su banda se hicieron con una base militar en las afueras de la ciudad, al este.
- ¿Para q ué querría Kraven una base militar con ese poder? - Dijo Chase.
- Busca armas, claramente. - Dijo Paco sirviéndose un café. - No sé si para sus hombres o porque quiere hacer algo más, pero busca armas.
- Debería informar a las chicas de esto... - Volvió a decir Karol escribiendo en el móvil.
Tenían que esperar a que sus compañeras llegaran de nuevo a Madrid, esperando que pudiesen encontrar a Johnny Blaze y que este pudiese darles algo para siquiera pensar en derrotar a semejante monstruo. Esa lucha iba a ser muy complicada.
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Johnny, Valeria, María y Nico se sentaban en uno de los bancos dentro de la iglesia.
- Entiendo que queréis saber cómo deshacer la maldición de Kraven.
- Has dicho que me has visto en la televisión, has visto para lo que está usando Kraven ese poder, ¿verdad?
- Sí, lo he visto, pero ahora soy un humano normal, solo puedo contaros lo que pasó aquella noche y que vosotras decidáis qué hacer.
- Todos dicen que lo mató, pero eso claramente no es cierto.
- No, no lo es, aquel día Kraven apareció aquí preguntando muy insistentemente sobre el espíritu de venganza.
Yo no respondí a ninguna de las preguntas que me lanzó por lo que se fue. Pensaba que eso era todo hasta que el hombre volvió al día siguiente. Eso se repitió durante una semana entera, hasta que el hombre vino a mí con un libro, uno viejo y destartalado, asegurando que allí había leído sobre el espíritu de venganza. El libro era un resquicio de una época antigua, una donde el espíritu de venganza era algo más presente. Por mucho que intentara acaparar ese diablo en mi cuerpo nunca desaparecería esa historia para siempre, era consciente de esto por lo que solo me seguí negando a hablar con él sobre el tema. De todas maneras, un día me pidió que lo acompañara hacia el campo, asegurando que sería la última vez que volvería a preguntar por la maldición, así que lo acompañé. Una vez allí, Kraven llamó a alguien que no quería volver a ver jamás, el demonio que me implantó la maldición por haber superado en combate a su antiguo campeón, Mefisto. Mefisto, molesto de que acaparara los poderes para no usarlos, me quitó el espíritu de venganza del cuerpo y lo implantó en Kraven, dándole ese poder a alguien que deseaba usarlo con todas sus fuerzas. Para invocar a Mefisto, Kraven solo necesitó decir su nombre en alto y asegurar que su alma sería suya.
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Gunspider 3: la gran cacería
FanfictionValeria ha conseguido redimirse y está poco a poco cambiando la opinión del pueblo sobre ella. Con los amigos que conoció en sus anteriores aventuras y nuevas amistades que empezarán a aflorar, nuestra desquiciada heroína se enfrenta a una consecue...