13.Interrogatorio

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BRUSELA

Es increíble cómo se pueden descubrir aspectos escondidos de las personas que aparentan ser inocentes o frágiles.

Comportamientos que confirman tu percepción de que las apariencias pueden ser engañosas y que todos guardamos nuestra mierda tras una falsa sonrisa de amabilidad.

Contemplo a Andrea con la mirada, cuestionándola silenciosamente sobre la veracidad de sus acusaciones.

Aquella que se considera incapaz de hacer daño a una miserable mosca, ¿ha agredido a alguien? ¿Cuál es el motivo?.

Interesante

Bastante, diría yo.

Afirma con la cabeza sutilmente, dejándome un poco sorprendida. ¿Qué tanto conozco a Andrea?

- Por favor, tome asiento, señorita Andrea - indica el cabeza de coco inservible que se supone tenemos por director. ¿Le saldrá pelo algún día o ya está completamente calvo?

Pregúntale

Sé que estoy jugando con fuego, pero no voy a ponerme la soga al cuello.

- Señorita Brusela, ¿qué tiene que decir al respecto? - salgo de mis pensamientos, sintiéndome un tanto desorientada por la situación.

- ¿Disculpe?

- ¿Qué pensamientos distraen su mente de la realidad?

Esto es parte del interrogatorio sobre la tieza que está allá fuera.

No pero hay gente que molesta más que un grano en el culo

Como tú.

Técnicamente somos la misma persona

- Simplemente estoy consternada - digo, forzando mi voz para que suene un poco temblorosa. - No es fácil ver un cadáver de esa manera tan escalofriante - añado, quebrando mi voz como si estuviera a punto de llorar.

Una de las policías me entrega un pañuelo para secar mis lágrimas, pero estoy a punto de reírme porque todos estos incompetentes se están tragando esta historia.

Pobres idiotas

- Bien - responde el policía que me interrogó - señorita Andrea - Observo su rostro y me doy cuenta de que me está mirando con burla, mientras una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.

Ella sabe algo

¿Cuánto sabrá realmente de mí?

- Diga.

- Me informaron que agredió a una compañera en defensa de la señorita Brusela, ¿es eso cierto? En defensa ¿mía? No nos conocemos lo suficiente como para que ella se atreva a ponerse en problemas para defenderme. ¿De qué se trata todo esto? La observo con el ceño fruncido, pero parece que ella evita mi mirada, observando de una manera extraña al oficial.

-Correcto.

- ¿Por qué? - Evita la pregunta.

- Mejor por qué no le llama la atención a mi compañera - expresa con evidente burla en la palabra compañera. - Ella estaba diciendo calumnias de Brusela sin fundamento ni derecho alguno.

- ¿Y por eso recurre usted a la violencia?

- Evade el tema - asegura. - Por si no sabía, lo que estaban haciendo ellos se llama bullying y eso se supone está prohibido en la institución, ¿o no, señor director?

- Sí, está prohibido, pero eso no justifica el acto de violencia y agresión hacia su compañera.

- Claro que no - niega con la cabeza - pero tampoco justifica que hayan habido profesores escuchando este tipo de comentarios y no hayan hecho nada, al contrario, hayan atribuido sus comentarios como verídicos.

-¡No tiene pruebas para sustentar su acusación! - el director pelón se levanta de su silla mirando a Andrea con enojo, mientras su mano impacta con el escritorio, provocando que los policías se sobresalten, pero Andrea no parece afectada por el arrebato de este viejo.

Su postura es relajada pero segura, y su mirada se muestra desafiante y a la defensiva ante cualquier acto.

- ¡Así que cállese! - finaliza el director.

- Puede que usted sea el director de la institución, pero no tiene ningún derecho a alzarme la voz - su paciencia se agota, lo puedo notar por la presión que ejerce sobre el brazo de la silla, haciendo que sus nudillos se pongan un poco blancos.
- Lo hago porque quiero y porque puedo - declara con enfado.

- Ustedes tampoco tienen pruebas que respalden la acusación de Bruselas, pero aquí estamos - protesta encogiendo los hombros, provocando más ira en el director.

- Ella fue la primera en encontrar el cuerpo.

- Exacto, encontrar. Solo tienen suposiciones sin evidencia - afirma.

- Pero sigue siendo sospechosa - asegura el policía.

- También sospechosa es la chica a la que agredí. ¿No les parece extraño que comiencen a hablar de ella como la asesina? - me señala. - A menos que sea para desviar la culpa hacia otra persona - acusa sutilmente, más cortante que un cuchillo.

- ¡DEJE DE HACER SUPOSICIONES! - le grita el director Andrea.

- Lo hago porque quiero y puedo - contradice, utilizando la misma frase del director en su contra.

Una dosis de su propia medicina

Andrea se levanta de la silla, golpeando el escritorio con la palma de la mano. Sus rostros estaban muy cerca, ambos se miraban con ira y repulsión.

La tensión se siente en el silencioso ambiente, todos expectantes ante la confrontación silenciosa entre el director y Andrea. ¿Esto sigue siendo un interrogatorio?

La policía hace un sonido con la garganta, captando la atención de todos menos la de Andrea y el director.

- Estamos desviándonos del asunto principal - exclama en un intento de cambiar el rumbo de la conversación, pero es interrumpido antes de dirigirse a Andrea.

- Según el protocolo del cuerpo policial - interrumpe Andrea precipitadamente, sin apartar su mirada desafiante del director - a todo menor de edad se le interroga y se le realiza una inspección de sus pertenencias. Si no se encuentra nada, se le deja en libertad por falta de evidencia y por su minoría de edad - añade mientras se levanta del escritorio, observando con una sonrisa a los policías y al director - Sin importar la acusación - concluye con seguridad.

- Por lo tanto, nos vamos - Andrea agarra mi mano y me levanta de la silla, retirándonos del lugar sin siquiera despedirnos. ¿Por qué hizo todo esto? ¿Quién en su sano juicio defendería a alguien de una acusación tan grave sin conocerla demasiado? ¿Qué me estás ocultando, Andrea?

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