Aquellas palabras de su abuelo lo reconfortaban siempre
- eres inteligente hijo y confío en que siempre tomaras el camino que te llevara hacia la felicidad, hacia tu felicidad, serás un gran hombre christian -
Se preguntó lo que pensaría su abuelo si lo viera ahora mismo, no por la pierna, no, eso después de todo sanaria tarde o temprano, no, su arrogancia, su frialdad ante el mundo, su soledad buscada por el mismo, lo alejado que estaba de este lugar, que para su abuelo era el paraíso en la tierra, así la noche se adentro cada vez más, al igual que christian en sus recuerdos, así como en la oscuridad más profunda termina cuando la luz emerge al fin, christian despertó y todo estaba en calma, salió de la habitación un tanto expectante
-¿Anastasia? - pregunto sin respuesta alguna
-debió de salí ya - miro el relog apenas marcaban las 7:00 am, Sin más decidió tomar un baño y se arreglo
-señor buenos días - Taylor entro junto a kellan
-buenos días
-¿necesita algo? ¿Quiere que le traigan ya su desayuno?
- solo café y fruta Taylor gracias
- en seguida señor
- y kellan me parecio que te llevaste muy bien con Anastasia Steele
-perdón señor
-me escuchaste
-si señor, es muy agradable
- lo es, pero a pesar de la sencillez de la señorita Steele me gustaría que la llamaras con más respeto ¿me entiendes?
-claro señor como usted ordene -
Por alguna razón que no podía comprender, no le había gustado la familiaridad de kellan con Anastasia, tampoco las risas que había escuchado entre ellos
-¿necesita algo más señor?
-no puedes irte - Christian giro los ojos lleno de astio hacia aquel joven, ¿pero que rayos le importaba a el si ellos congeniaban o no? Era solo una empleada al igual que Taylor y kellan, sin embargo su razón y su corazón no parecían estar deacuerdo, entró cojeando en el estudio, una cama perfectamente hecha se encontraba en el medio, a lado de un sofá de piel negro y una mesa de noche, sonrió, salió con dificultad y miró que en la mesa de la salita había un bote de pastillas, con un mensaje
- tómese dos de estas, ya me dará las gracias más tarde
Sonrió con más algarabía y tomo un par de ellas;
Anastasia estaba en la cocina del resort ayudando a el chef con los preparativos para la cena cuando una de las puertas se abrió, era christian su inesperado huésped
Gordon levanto la vista de la cacerola de salsa que estaba preparando en el fogón,
-lo siento no se permite la entrada de los huéspedes - exclamó gordon en tono cortes aunque con firmeza
Christian lo miro sorprendido, no estaba acostumbrado a que nadie le dijera que podía hacer y que no, en especial cuando el lugar era su suyo
Dispuesta a evitar una batalla de egos, Anastasia se seco las manos con el delantal
- Creo que en éste caso podemos hacer una excepción chef gordon, dado que el es quien firma nuestros cheques
-¿señor grey? - pregunto el chef con un nudo en la garganta, sabiendo bien la fama que tenía aquel hombre que a pesar de llevar un bastón parecía intimidar al más poderoso ser en esta tierra incluso fuera de ella
- Así es
- señor grey el es el chef Gordon brigett
Esta noche será en su honor y el chef ofrecerá una deliciosa cena, lubina dorada al horno en salsa de mantequilla y finas hierbas acompañado de setas
-suena bien - reconoció christian mejorando su expresión - ¿por que lleva usted un delantal? - agrego
- El ayudante del chef llegara tarde la tormenta tumbo algunos árboles en el camino, así que estoy ayudando un poco con los preparativos, solo cortando algunas verduras
-¿Y ayuda a menudo?
-no yo no diría que a menudo, pero siempre estoy atenta a lo que se necesite así sea aquí o en la recepcion, en donde sea
-entiendo - christian aparto la mirada de ella y aquello hizo que una aura de inseguridad se apoderará de ella, aun así lo miro mientras el caminaba por la cocina, tenia el cabello humedo, y un tanto rizado, veía algo diferente en el, aquella mueca de dolor permante que llevaba con el había desaparecido
- pues todo huele muy bien - exclamó al volver a ella
-veo que me hizo caso
-¿de que habla?
-sobre el ibuprofeno - christian sonrió mucho más relajado, incluso Anastasia noto que tenía oyuelos en las mejillas
-¿por que lo dice?
-bueno para empezar ya no va apretando los dientes por el dolor
-oh, ¿se notaba?
-un poco - ambos rieron
- parece más descansado - claro que descansado era un calificativo muy elocuente para lo que en verdad a ella le gustaría decirle, que sería más como bello, sexy, llevaba una camisa blanca y unos pantalones beige, el bastón le daba un aire de sofisticacion, aunque el seguramente no lo vería de igual manera
-me dijo Taylor que necesita un espacio para sus terapias, y esta el gimnasio ahí puede hacerlos
-ya no los necesito, talvez si, pero no estoy de humor para sentir dolor, kellan es el que me ayuda en eso, y es un poco rudo, no deje que ese amigable rostro la engañe -
Aquel sutil intento de christian por hablar con humor e ironía resultó ser una sorpresa agradable