inmensamente feliz

Boda Blanca

CAPITULO 18

Abrace a Kat y a los gemelos, y le extendí los brazos a Pablo, quien soltó a su madre para que pudiera abrazarlo, Ruth tomo del brazo a Layla, Albert y Luca nos escoltaban hacia los automóviles. Éramos una gran familia, bueno eran una gran familia y yo solo una amiga de ellos, ese pensamiento me puso triste inmediatamente.

Amore mio, ¿Pasa algo? - noto enseguida mi cambio de ánimo.

Nada que deba preocuparte, solo un pensamiento tonto- le di una gran sonrisa- no sabes lo feliz que estoy de que estés, estén aquí.

La mansión Andley era muy imponente y hermosa, los extensos jardines estaban llenos de nieve y daba la impresión de ser un mar blanco.

Wow- exclamaron al mismo tiempo los gemelos- ¿Aquí vas a vivir Layla?

Ohh queridos, pueden venir cuando quieran ¿no es verdad Albert?

Así es nuestra casa siempre estará abierta para recibirlos.

Los sirvientes de la casa Andley rápidamente bajaron las valijas de la familia y los instalaron en sus habitaciones para que pudieran ponerse cómodos para la cena. Layla y yo habíamos planeado juntas todo el menú y estábamos ya en la cocina dando las últimas instrucciones para que todo estuviera perfecto.

Candy, veo que tú y Luca tienen una conexión o eso me pareció- me sonroje y baje la vista- no, querida no, no me malinterpretes, es solo que Luca es un gran hombre, como todos ha tenido sus malos momentos, pero él siempre se ha mantenido fuerte para nosotros, a mí me gustaría tanto que sea feliz, que encuentre a la mujer correcta, y me gustaría que esa fueras tú, pero si tu corazón aun le pertenece a Terry te pido que por favor no le des falsas ilusiones.

Yo, yo.. nunca.. lo haría..

Candy Amore mio, ¿me llevas a conocer la casa?- le guiño un ojo a Lyla quien le devolvió el gesto.

Claro, sí ¿no te importa Layla?

Claro que no, yo me encargo- y siguió verificando con la cocinera el menú, sin darnos ya importancia.

Y ¿Cómo estuvo el viaje?- pregunte nerviosa, como si no hubiéramos estado en constante comunicación en todo este tiempo.

Largo, frio, pero me mantenía ocupado pensando en este momento de vernos otra vez, te he extrañado mucho Amore mio, espero que tú me hayas extrañado un poco también, vaya pero ¿cómo haces para vivir en este clima tan frio?.

¿Quieres ir al salón? ahí hay una chimenea que se mantiene siempre encendida en esta época del año, podríamos sentarnos ahí si tú quieres- tomo mi mano por primera vez desde que llego.

Soy todo tuyo, llévame a donde quieras- aprete su mano y lo guie al salón.

La iglesia estaba preparada con hermosas hortensias de color azul en cada maceta a lado del pasillo, con una iluminación delicada. Albert y Layla habían decidió que la boda se llevara acabo por la mañana, ya que el clima era demasiado frio para realizarla por la noche, así que después de la celebración religiosa nos dirigiríamos al salón a degustar de un desayuno bufet, algo totalmente nuevo en América, Albert lo había visto en alguno de sus viajes a Inglaterra y le pareció muy práctico y elegante.

Como ya estaba decidido Albert y yo seríamos los primeros en entrar, una vez que todos los invitados estuvieran ya ubicados en sus asientos a excepción de Archie que ya estaría ocupando su lugar como caballero de honor. Albert decidió usar un esmoquin color azul, muy parecido al color de las hortensias, su cabello rubio estaba perfectamente bien peinado y en su solapa llevaba una delicada rosa extraída del ramo de la novia. Yo me había decidido por un vestido color dorado de mangas largas y corte sirena pero con un escote en V que era igual de profundo adelante y en la parte de la espalda, aprendiendo de mi error anterior esta vez no me hice un chongo, si no una media coleta con mis rizos bien definidos, y únicamente usando un poco de colorete rosa en mis labios.