The way you hurt [Soukoku] Part. 2

Si alguien puede escucharme, ayúdeme

— Bien, ahora corre a hacia los brazos de Asher y que el te atrape, después dense un beso.

Fyodor le sonrió a Chuuya victorioso y el pelirrojo solo miró a Poe, preocupado. Sabía perfectamente que Dazai no aceptaría eso, tendría que negociarlo de cualquier forma.

— Poe-kun, no puedo besar a Fyo-kun, lo lamento. — Se disculpo Chuuya haciendo una leve inclinación.

— Chuuya-san, si no estabas dispuesto a hacer el personaje, ¿Por qué aceptaste? Si no puedes, buscaremos un remplazo, no te preocupes. — Mencionó Poe. Por alguna razón sabía que lo hacía por Dazai, que fiel.

— Disculpe, Poe-kun, si Chuuya no participa, yo tampoco lo haré. — Dijo Fyodor poniendo su mano en el hombro del pelirrojo.

Poe miró al sub jefe, Francis y asintió. Tendría que hacer unos cambios a la obra, pues perder a Chuuya y Fyodor le quitaría estética a la portada, a demás, ya habían citado al club de costura para los trajes.

— Bien, solo junten sus frentes y den tres giros, como una película de Disney.

Chuuya camino hacia el otro extremo del escenario, tomó un suspiro y dio media vuelta, esperando la señal del director. Fyodor mientras tanto se ató el cabello, haciendo una pequeña coletilla, se veía.. bien.

— Bien, tres, dos, uno, ¡Acción!

El pelirrojo fingió alegría y derramó algunas lágrimas, pues la escena era de un reencuentro. Saltó hacia los brazos del azabache, este lo tomó en brazos y juntaron sus frentes, sonriendo por el reencuentro.

— Eso fue perfecto, pasemos a la siguiente escena, pero antes, tomen un descanso de diez minutos.

Una vez Fyodor bajó a Chuuya, sonrió levemente y limpió sus lágrimas, terminando por acariciar su cabello.

Fyodor y Chuuya pasaron al backstage y se sentaron para tomar agua. El pelirrojo le pidió a Dostoyevsky que le pasara el guion de su mochila, pero en ves de eso sacó un libro de romance muy cliché.

— ¡Te dije que el guion, no eso! — Chuuya se paró de golpe y le arrebató el libro, estaba sonrojado.

— Que lindura, no sabía que te gustaban este tipo de libros. — Fyodor lo miró, "Que tierno" pensó.

— No pienses que soy patético, por favor.. — Chuuya se dirigió a su mochila y guardó el libro hasta el fondo.

— Entonces, ¿Te parece si somos patéticos juntos? — Sonrió el azabache ante la expresión de confusión de su acompañante. — ¿No quieres prestarme uno? Quizá así tendríamos algo de qué hablar.

Chuuya se sorprendió ante esto, entonces el libro que había guardado se lo entregó, pues ya lo había leído varias veces. Le agradaba Fyodor, el de estaba tomando el tiempo de conocerlo, pero aún así, no podría sentir algo por él.

— ¡Pasen al escenario, volvemos!