CAPÍTULO DIEZ - SUNGHOON

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—¿Dijiste que todos tus hermanos son psicópatas?

Estaban de vuelta en la cama de Jake después de una breve ducha. Sunghoon yacía de espaldas, con las sábanas envueltas alrededor de las piernas. Jake estaba recostado en la cama, con la cabeza apoyada en el estómago de Sunghoon mientras que él se contentaba con pasar los dedos por las líneas de su cabello.

—No, he insinuado que lo son. Cosa que enfurecería a mi hermano, Jay, quien piensa que tú solo quieres probar que somos asesinos para poder eliminarnos en una épica operación encubierta.

Jake rodó hacia él. —Te conozco desde hace dos días, apenas tengo el tiempo suficiente como para establecer vigilancia o cualquier tipo de espía, especialmente cuando ya no formo parte del FBI. Soy un ex agente que tuvo un colapso mental y acusó a su compañero de trabajo de ser un asesino en serie.

Era correcto. Ese hombre que había lastimado tanto a Jake que él se despertaba gritando todas las noches. —Vamos a tener que hablar de ello.

—Primero, creo que merezco saber a qué te referías con eso de que eres el psicópata más raro en tu familia de psicópatas.

Sunghoon suspiró y pasó los nudillos por la mejilla de Jake. —Te lo contaré todo. Pero si me traicionas, cargarás con mucha sangre entre tus manos.

Jake se sentó y miró a Sunghoon a los ojos. —¿Estás amenazando con matarme?

Sunghoon se balanceó dentro de su espacio personal y le atrapó la boca en un beso duradero. —No. Estoy amenazando con matarlos a ellos. Eres mío, lo sepas o todavía no. Pero si le dices al mundo quiénes somos... lo que hacemos... arruinarás años del arduo trabajo de mi padre y mis hermanos pedirán tu cabeza. No me hagas asesinar a mi familia para protegerte.

—He oído hablar del amor a primera vista, pero todo esto es un poco intenso.

Sunghoon lo besó una vez más. —No te amo. No puedo. Lo sabes. Estás eligiendo ignorar años de entrenamiento porque no has sentido nada en mucho tiempo y sea lo que sea que esté ocurriendo entre nosotros, es mejor que sentirse adormecido. Imagino que hace un año, las cosas entre nosotros habrían sido mucho más... complicadas.

—¿Quién de nosotros es el perfilador ahora? —preguntó Jake mientras que la tristeza se filtraba en su tono de voz.

—No te estoy perfilando. Pero te veo. Demonios, desde la primera vez que te observé cruzar el patio, todo lo que te veo eres tú. Y sé que es mucho. Harua dijo que resultaba abrumador para las personas que no son como nosotros.

—¿Harua es uno de tus hermanos?

—No, él es novio de mi hermano. Él y mi padre son los únicos atípicos. Dos hombres cuerdos entre un mar de psicópatas. Harua ama a mi hermano, aunque mi hermano no puede amarlo. Pero Harua no tenía a nada ni a nadie, y la protección y posesividad de mi hermano son suficientes para él, incluso sabiendo que mi hermano nunca podría amarlo. Lo que sea que hay entre ellos los consume. Yo también quiero eso contigo. Pero tú no eres Harua y yo no soy Jo.

—No, no lo soy. No tengo ni idea de qué es todo esto. Quizás solo estoy jugando con fuego con tal de sentir algo. ¿Eso cambia las cosas? Tú todavía matas gente y yo sigo estando loco. No voy a contar tu secreto. Como dijiste, nadie me creería de todos modos. Pero, necesitas comprender que estar conmigo conlleva a sus propios peligros. Mingi vendrá a por mí, ahora mismo él solo está jugando conmigo.

Algo explotó detrás de las costillas de Sunghoon, una rabia candente que lamía sus venas ante la idea de que alguien fuera capaz de hacerle algún daño a Jake.

Bad Omens | Sungjake |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora