Antiguo Trato

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El cervatillo se encontraba amarrado a una silla bastante robusta, con sus manos y todo su cuerpo de par en par, haciendo que no pueda mover ni un dedo de los pies.

Intento forcejear el amarre y quejidos de dolor salían de su boca al intentarlo.
Al parecer las sogas que contenian su poder, eran de un brillante material que desde los más lejos que estuviese, podría distinguir de donde provenían.

La voz volvió a resonar sobre los oídos del cervatillo, era una voz de aspecto femenino y algo grabe para ser la de una mujer.
"Alastor, estas de vuelta..."
Una ráfaga de luz rodeo al pelirrojo, como una esfera que lo rodeaba.

- Lamento informarle, que no la conozco... - trató de esconder con un tono tranquilo el cervatillo.

- ¡Oh, vamos Alastor! Claro que me conoces, soy tu dueña... La dueña de tu alma~ - Se hizo mostrar la figura que se encontraba entre las sombras.

Alguien alta, de piel tan clara como los huesos que acostumbraba comer, de marcadas curbas, casi comparable con las carreteras de fino aspecto.
El oleaje de su cabello deleitaba ha la mirada un color oro cenizo, tan extenso como el mismo universo, tan magnífico como las olas del mar y tan relajante como un café por la mañana.
Con unos ojos tan profundos como el mismo océano y una nariz respingona.
Con la belleza más verdadera que una misma diosa, casi parecida ha Afrodita, con ropaje de lujo, marcando más su figura.
Lilith.

- Umm... - Se quejó el cervatillo al reconocer de quien se trataba.

- ¿Te atreves a gruñirle a tu dueña? - se acercó al pelirrojo acorralandolo en la silla.

- ¿Puede... Alejarse un poco? - se feririo a la cercanía que tenía con la contraria, después de todo odiaba el contacto físico.

La rubia de cabellos dorados se levantó y le dio la espalda a el pelirrojo.
Él suponía qué pensaba en algo, tal vez, un plan...

Se dio la vuelta y volvió a poner sus profundos ojos en marcha, penetrando la conversación con sus ojos de topacio.

- Verás... Mi esposo, Lucifer, esta solo ahora mismo, y... Bueno, digamos que me gustaría que lo acompañes por un tiempo en el que yo me pongo en orden con algunas cosas ¿ENTENDISTE? - se posicionó de nuevo muy cerca del cervatillo

Y de el cuello del ahora nombrado, una cadena algo brillante se pudo ver y que ahora su dueña sostenía.
Era una larga cadena manchada con sangre de nombres, con pasados, con secretos, con...

El cervatillo solo asintió ya que aquella atadura le quitaba la mayoría del aire que contenian sus pulmones.
En ese momento, Alastor se sintió como un patético, sumiso a la mersed de alguien
"Pero que lascivo"
Pensaba, de tan solo hacerlo le daban náuseas, pero nada podría hacer, pues ella era su dueña y él su alma...

Lilith dejo ir al cervatillo qué ahora tendría que cumplir una orden, lo más seguro no saldría como esperaba, después de todo él es el ciervo de la caza, todo el mundo es un obstáculo.

Pero primero que todo, tenía que aclarar una duda con cierto personaje.
La oscura y cálida noche era algo ventajoso ahora mismo y algo que no desaprovecharia.

Se disfrazó de traje oscuro como la noche, con cierta capa negra que hacía contraste con su vestimenta, siempre acompañada de una carismática y colmilluda sonrisa.
Sus orejas sobre salían un poco de la capucha y sus ojos brillaban debajo de la capa qué cubría su fulgorosa mirada.

❌RADIO ESTÁTICA❌ (Vox & Radio demon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora