Tres meses fuera y después un año.

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Fuerza Leonas al leer este cap porque les va a doler.

Abrí los ojos. La luz era muy intensa, para mi al menos. Veía borroso.

Después vi negro de nuevo.

Abrí los ojos. Veía borroso, la luz era intensa pero distinguí unas siluetas. 

Después negro de nuevo.

Abrí los ojos y el proceso se repitió, pero esta vez levanté la mano, para intentar tallarme los ojos. Pero mi fuerza no alcanzó.

¿Qué diablos pasaba conmigo?

Abrí los ojos y vi más claro que las veces anteriores. Oí unas voces y levanté mi brazo para tallarme los ojos. Al poco rato vi un techo que no era el de mi casa.

Volteé a mi izquierda, había una máquina de hospital monitoreando latidos ¿los míos quizá?

Recordé una voz, que sentía que hacía siglos que no oía. Recordé un olor que hacía siglos que no olía. Recordé su rostro y me dio fuerza para levantarme, ¿cuánto tiempo había dejado sola a Dash?

Me sentía agotada, tan cansada que estaba segura que en cualquier momento podía desmayarme.

—Buenos días, dormilona —dijo una voz al lado mío.

Miré de regreso y vi una anciana sentada.

—¿Abuela? ¿Estás bien? —le pregunté. Mi voz se esuchaba ronca, como si hubiera pasado mucho tiempo sin hablar.

Ella me sonrió con cariño y melancolía.

—Eso debería preguntárte yo a ti. Después de todo ya pasaron tres meses —dijo.

Noté su cabello, se veía más blanco que antes.

Miré mi cuerpo. Tenía vendas y sentía dolor pero no era muy intenso. Miré mis manos, una de ellas estaba canalizada. Y al mirar más detenidamente tenía todo el cuerpo lleno de bolsitas para diferentes cosas que no entendía para que eran.

De pronto un flashback llegó a mi cabeza, lo cual hizo que me diera una punzada.

—Choqué —dije.

Mi abuela bajó la mirada.

—No se ha encontrado al culpable, y decidimos no seguir con el caso, nos estaba costando mucho tiempo y dinero.

Suspiré, no quería venganza, quería ver a Dash.

Después no recuerdo mucho, pero estuve meses en terapias de rehabilitación. Había perdido mi teléfono en el choque y no podía comunicarme con Dash, no teníamos el suficiente dinero para comprar un teléfono y no me había aprendido su número para contactarla.

Mi mundo se estaba cayendo a pedazos.

No me sentía bien, nada estaba bien, nada mejoraba. 

Hasta invierno del siguiente año.

♡✧⁠*⁠。

(Por Dash)

Cuando eres jóven, la gente asume que no sabes nada.

Pero yo sentía saber todo.

 Estaba sentada en una esquina. Con tacones altos y un vestido negro que no me gustaba. Un intenso labial rojo y un maquillaje que mi novia me había obligado a usar.

Todos hablaban de política, dinero, deportes. Yo no encajaba en eso. Ya no.

Santa Monica era un lugar ajetreado dentro de la ciudad. Por eso yo vivía en las afueras antes de que Lightning Dust regresara a mi vida.

Nuestra Casa en la Playa// APPLEDASHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora