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En las profundidades del reino de lamentos, Félix yacía en un rincón oscuro, su cuerpo maltrecho y su alma quebrada. El príncipe del mal de magia abominable y siniestra, un ser totalmente siniestro con ojos inyectados en sangre, lo había tomado como su juguete favorito. Félix era solo un chico de pueblo, pero su belleza había atraído la atención retorcida del príncipe.

La semana había sido implacable. El príncipe había abusado de Félix por tercera vez, sus hechizos dejando marcas indelebles en la piel del joven. Cada golpe, cada palabra cruel, había dejado cicatrices tanto físicas como emocionales.

Félix se preguntaba si algún día podría escapar de esta pesadilla.

Aunque, a Félix le quedaba poca cordura, el principe del mal lo besaba y abusaba de tantas formas posibles que ya era normal.

La belleza de Félix es limpia y agradable, para la retorcida mente del malicioso principe. Es tan a abrumadora he increíble que no importa cuantas veces le haga daño, siempre se vera hermoso.

Desde que Félix fue secuestrado en el bosque jamás fue visto, ya casi no le quedaba cordura.

La oscuridad se cerraba a su alrededor mientras el príncipe se preparaba para otro asalto. Félix, temblando y exhausto, apenas podía mantenerse en pie. Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta.

Pero algo parecía mantenerlo con esperanza.

Christopher.

Jeongin le hablo sobre su hermano, y prometió qué algún día los sacaría de allí..

Justo cuando el príncipe alzó la mano para golpearlo porque Félix lo mordió en un intento de defenderse, un sirviente se acercó con noticias urgentes. Su voz era un susurro tembloroso en la penumbra.

—Mi señor—dijo el sirviente—hemos encontrado a él tesoro de Altanasia. Es Hyunjin.

El príncipe se detuvo en seco. Hyunjin, el nombre resonó en su mente como un eco de pesadilla. Hyunjin era legendario, un ser cuya existencia se creía perdida en las brumas del tiempo. Se decía que poseía poderes fuertes  y que su sola presencia podía desencadenar muchas cosas. O, eso se decía del próximo tesoro y heredero de Altanasia.

El sirviente hizo una ilusión de fuego mostrando al príncipe de la forma en que lo había visto por última vez, con una venda en los ojos..

Había algo más en Hyunjin que atrajo al príncipe del mal con desesperación. No era solo su magia, sino también su belleza. Hyunjin poseía una apariencia etérea, con rasgos que parecían tallados por los dioses. Su cabello oscuro caía en cascada sobre hombros pálidos. Cada línea de su rostro era perfecta, y su piel parecía impregnada de luna.

El príncipe sabía que Hyunjin era el único capaz de derrotarlo, pero también anhelaba algo más. Quería poseer esa belleza, hacerla suya de la manera más retorcida. La inmortalidad era su objetivo, pero Hyunjin... Hyunjin ahora era su obsesión.

—Muñequita de porcelana..

Tomo a Félix y acaricio su rostro mientras lo sostenía en sus brazos..

—Él es como tú, una muñequita de porcelana..

El principe se acercó al oido de Félix y susurro con su voz estruendosa.

—No te pongas triste, no importa lo hermoso que sea ese príncipe, no creo que pueda llegar a soportar tanto dolor como tú..

—¿Quién..es Hyunjin..mi señor?

—Es como tú, es la muñeca que va a traerme Christopher..

Félix sintió un pitido en sus oidos al oír el nombre de Christopher.

Sintió su corazón ahuecarse..

El sabía que aunque Christopher volviera y trajera consigo a Hyunjin el jamás podría ser libre.

Porque es Félix.

Es el favorito de su señor...

Su señor era un hombre de mirada gélida y ambiciones oscuras. Su presencia se sentía como una sombra acechante, siempre al acecho, siempre un paso adelante.

De igual forma Félix sentía que hacía algo bueno.

Siempre pensó que es mejor que abusara de él a qué abuse de Jeongin, quien solo es un niño. Solo tiene 19 años...

Félix tiene 21 y desapareció hace 6 años..

Se siente aliviado de que Jeongin no sufra el tormento por el que él paso.

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐿𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora