~° Capítulo 24 °~

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Siempre me sentí perseguido y observado todo el tiempo y siempre creí que en realidad estaba loco

Pero ahora estoy seguro que siempre fue real, que todo fue real...

Desde pequeño, supe que era diferente a los demás niños. Me sentía excluido y solo. Todos me decían que era raro, que mi comportamiento era anormal, que yo era anormal. Me sentía abandonado por todos, sumido en una oscuridad sin salida. Fue entonces cuando llegó él, Aster, como un ángel salvador que me enseñó el valor de la vida. En ese momento, yo estaba sumido en una profunda depresión y lo vi como mi salvación. Creí todo lo que decía y seguía sus consejos, tratando de ganarme su aprecio y amor.

Aster me enseñó muchas cosas y me mostró de lo que soy capaz. Me explicó por qué no era igual a los demás niños. Me contó la historia de un ser de otra realidad que llegó a este planeta hace miles de años. Ese ser, con apariencia humana, pero con una esencia inalterada, era una entidad de otra realidad atrapada en un cuerpo humano. No se sabe cómo llegó ni por qué, pero su presencia fue un error entre realidades.

Esa entidad, con ansias de poder, mataba a cualquiera que se interponía en su camino. Podía cambiar de forma y tomar cualquier apariencia, lo que le permitía comenzar guerras, destruir países y matar gente sin ser descubierto. Sin embargo, sabía que este planeta perjudicaba su salud, así que descubrió que podía sobrevivir comiendo humanos, aunque la carne humana no le daba tanta fuerza como la sangre.

Aster había formado una especie de secta cuyos miembros obedecían ciegamente todas sus órdenes. A cambio, él les cumplía sus deseos más oscuros. Para Aster, obtener lo que quería de ellos era sencillo: sus almas. Ellos obtenían lo que deseaban, pero había algo que Aster nunca les decía: cuanto más tiempo duraba el contrato, más rápido se agotaba su tiempo en este planeta. Aster absorbía sus almas poco a poco, y ellos iban muriendo sin darse cuenta. Al final, cuando morían, Aster se quedaba con sus almas por completo.

Aster sabía que, en algún momento, él también moriría. Aunque era prácticamente inmortal y no cualquier cosa podía matarlo como a un humano, sabía que eventualmente su vida llegaría a su fin. Para evitarlo, decidió expandirse y crear más seres de su especie.

No tenía idea de cómo funcionaba la reproducción en aquel planeta, ya que en el suyo todo era diferente. Cuando finalmente comprendió el proceso, decidió escoger mujeres que pudieran darle hijos con un gran valor: mujeres inteligentes, bellas, fuertes, y que ya estuvieran casadas, para así no tener que encargarse del bebé y hacer que pasara por hijo de otro hombre.

Su plan era simple: embarazar a una mujer de alta sociedad que tuviera esposo, de manera que este no sospechara si el hijo era suyo o no. Esperaría a que el bebé tuviera la edad adecuada, cuando ya tuviera consciencia. Entonces, se acercaría a él y comenzaría a introducirlo lentamente en su mundo, despertando su verdadero ser. Los cuidaba y trataba con amor para que al final, el niño dejara a sus padres y se fuera con él.

Sin embargo, varias veces el plan se le salió de las manos. Algunos niños decidían no irse con él, preferían contarle a sus padres o incluso intentaban enfrentarlo. Pero esos niños no sabían con quién estaban lidiando: Aster había vivido mucho tiempo y sabía cómo deshacerse de un niño inútil. Él era más fuerte, más grande y plenamente consciente de la magnitud de su poder.

Hasta que encontró a mi madre. La mujer perfecta para darle un niño perfecto. La embarazó y esperó por mí, a mí me trato mejor y diferente a los anteriores niños, el ya había aprendido de sus errores y no los volvería cometer conmigo por eso mismo se aseguro de siempre estar a mi lado.

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora