único

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El sonido de un despertador inundó la habitación de manera desprolija, interrumpiendo el apacible sueño de Min YoonGi, quien a duras penas logró mover su brazo por debajo de la almohada para tomar su celular y apagar la dichosa alarma. En el momento en el que se encontró de nuevo con la paz de la mañana, él decidió darse cinco minutos más de sueño.

Durante un par de pacíficos segundos él pudo fingir que no tenía responsabilidades más allá de esa cama, pero el sonido de la puerta de su habitación abriéndose de par en par le recordó que no vivía solo y que, de hecho, había algo llamado "universidad" que había sido creada específicamente para joderle la existencia.

—Despierta, Yoon. Vas a llegar tarde —se oyó una voz grave rebotando en las paredes de su habitación mientras un ligero aroma a canela se colaba por la habitación.

YoonGi gruñó a modo de queja y se colocó debajo de la almohada como un inútil intento de huir del intruso.

—Déjame.

—YoonGi, ya sabes bien que yo no estaría haciendo esto si tú no te quedaras dormido todos los lunes. Levántate, tenemos que irnos en una hora.

YoonGi volvió a gruñir. Eran las jodidas siete de la mañana y sus clases empezaban a las nueve. ¿Acaso un título universitario era tan importante?

El intruso suspiró y se adentró en la habitación para sentarse en la cama de su mejor amigo y levantarlo. YoonGi trató de defenderse, pero el otro alfa lo tomó de los brazos y logró hacer que se sentara en la cama, luego lo sacudió mientras YoonGi lloriqueaba.

—Listo. Ya estás despierto —se jactó y YoonGi gruñó de puro fastidio—. No seas así, ven, te hice el desayuno.

YoonGi intentó refutar, pero el hueco en el estómago que sentía esa mañana se tradujo en un hambre brutal y tuvo que rendirse a su instinto primario de supervivencia.

—Ya voy.

—Muy bien, Gatito.

—Cállate, Nam —ladró—. No me llames así.

—Sólo te molesta porque estás recién despierto —dijo NamJoon con un aire divertido en su andar. YoonGi siempre se preguntó cómo es que le hacía su amigo para lucir tan fresco como lechuga cada maldita mañana—. Más tarde, cuando estemos en casa de nuevo, te vas a derretir cuando te llame así otra vez.

YoonGi gruñó y se sentó en la mesa para esperar su desayuno.

NamJoon no era especialmente bueno cocinando, pero había dos cosas en particular que podía hacer a la perfección: huevos revueltos y café con leche, así que eso era lo que ambos desayunaban cada mañana porque YoonGi era demasiado flojo como para hacer de comer para los dos y NamJoon, como todo alfa de la vieja escuela, encontraba agradable brindar alimento a otra persona, aun si esta fuera un alfa y su mejor amigo.

Ellos funcionaban bien así, de todos modos.

—¿Puede ser que ahora sí puedo tener mi almohada de vuelta? —le preguntó NamJoon desde la cocina.

—Claro, solo hazme recordar antes de irme a dormir —dijo YoonGi con la cara metida entre sus brazos sobre la mesa.

—Gracias porque desperté con el cuello hecho a una piedra.

YoonGi se rió.

—Pudiste haberla pedido anoche.

—¿No? —dijo NamJoon con obviedad—. No tenía ganas de que me hicieras uno de tus berrinches.

—Yo no hago berrinches.

—Claro —NamJoon viró los ojos, pero YoonGi no podía verlo, así que no pudo quejarse.

SOBRE AMIGOS Y AMANTES ♡ namminyoon ♡ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora