1
Después de la batalla comieron hablaron y durmieron, no tardaron mucho en conciliar el sueño ya que habían terminado completamente agotados. Damián fue el primero en levantarse el sol estaba por ponerse, llevaba solo su pantalón y botas, el estaba sin camisa viendo hacia al este dónde ya casi salía el sol. Detrás de el se encontraban los que ahora eran sus compañeros sus nuevos amigos, ya habían vivido su primer enfrentamiento juntos ya no eran simples compañeros. Sentía la necesidad de hacer las cosas como se deben pero seguía pensando en lo loco de este mundo. En la mano derecha llevaba un mapa del continente, era una isla gigante y en el centro estaba una montaña que se identificaba como la montaña de la cual habían salido, abajo decía escrito Montaña de el tiempo y las dimensiones, se creía que algunas estaciones atrás la Bruja Janeth había salido de ese lugar. Ya había escuchado algunas de sus historias y la mayoría de los relatos de ella y sus dragones, de los Reynos como el Reyno de Skyland tierra de elfo que ese lugar sería su siguiente objetivo y de las montañas del hierro hogar de esa maldita bruja. En su pensamiento estaba debía la idea de hablar con el padre de la princesa Mirna, ya que por lo que sabía solo no podría conseguir el maldito collar, y las Montañas de Hierro tierra de enanos, que ahora estaba en manos de la Reyna Janeth sería un lugar difícil de sortear, el collar que estaban buscando ese encontraba en el cuello de la bruja según había oído y todos creían que de ese collar tiene el poder de controlar a los dragones, quien sabe talvez tenían razón pero debía tener una función más algo más que el simple control. La razón de Alberto el conductor de trenes dimensionales por conseguir tal collar,porque el querría tener ese collar cuál es su función realmente, mientras mas pensaba en ello más dudas tenía.
— Estás despierto —. Escucho una voz tras el era la princesa Mirna, incluso recién levantada Lucia hermosa. Se limpio las lagañas de los ojos y se levantó para ver mejor a su salvador.
— Así es, no podía dormir mas, creo que va a ser hora de ponernos en marcha tu Reyno está a algunos días de aquí ¿no? —. Contesto Damián la miro y sintió como se le calentaron las mejillas, apartó la mirada y se cuestionó. Estamos en una misión no te puedes enamorar ahora. Pensaba, pero el amor no funciona así, llega cuando el quiere y en el momento que no lo esperas no avisa ni espera que estés preparando solo llega. Ella se acercó y le tomo una mano, después busco la otra para entrelazar sus manos con las suyas.
— Jamás podré pagarte el que me hayas salvado la vida —. Le dijo a Damián. El solo sonrió la miro a los ojos y beso sus manos.
— Jamás me hubiera perdonado el no haberte salvado —. Mirna se ruborizó no le había pasado nunca ni con los caballeros elfos más atentos y románticos, Damián simplemente tenía algo especial y ella lo sentía.
— Mi padre nos espera en Skyland estoy seguro que el pagará mi deuda —. Damián soltó sus manos y fue por el resto de su ropa.
— No me debes nada, el que vivas es suficiente para mí. Pero ahora ahí hay algo importante que hacer y te soy honesto no creo que podamos hacerlo solo nosotros cinco —.
2
Frost rondaba por los cielos del norte, a la vista ya tenía la montaña del tiempo y las dimensiones al verla comenzó a recordar su nacimiento, la Bruja Janeth y sus hermosos ojos rosas fue lo primero que vio al nacer, ella y Drack le enseñaron todo a volar, a hablar incluso a luchar, esto último no le gustaba mucho, le gustaban las batallas justas pero humanos contra dragones, esa no era una batalla justa para el, recordaba a los sabios ellos hicieron la batalla justa sus poderes eran equiparables a los de ellos, ahora ellos estaban muertos, ahora no había rival alguno que les diera Batalla. Entonces porque su madre estaba tan interesada en investigar a estos cinco individuos sabía que la última victoria tuvo un sabor amargo porque, su madre no había conseguido lo que quería, su objetivo real, el trono de Skyland.Tuvo que conformarse con las montañas del hierro. A él le gustaban esas montañas cómodas pacíficas y frías, el mar estaba cerca y le gustaba sobrevolar sobre el, el problema era que su madre le advertía los peligros de caer al mar, por lo que solo sobrevolaba las costas. Comenzó a descender y se poso sobre la punta de la montaña de las dimensiones cerro sus ojos y comenzó a ver más allá con el poder mágico de su mente, vio una casa no muy lejos de ahí unas cuantas personas tal vez eran de las cuales su madre hablaba. Se concentro más y vio a un anciano levantarse, su madre le pidió que tuviera cuidado, en no entrar en la mente de ninguno de ellos, pero era un anciano, era imposible que se diera cuenta de su invasión mental. Entro en su mente y comenzó a ver imágenes un dragón metálico viajando por la oscuridad o eso le parecía, dentro un grupo de personas y después el dragón bajando por el interior de la montaña muy cerca de su lugar de nacimiento, iba a observar mas pero sintió una barrera.
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El Tren de las Dimensiones
TerrorUn extraño grupo de personas entran a un tren sin imaginar el viaje que les espera, entre ese grupo está Damián un ex militar y dos soldados que lo acompañan a un encarcelamiento por un error que cometió en una de sus misiones, sin imaginar que tend...