Lloré toda la noche, mis ojeras hablaban por mí, el diafragma me jugaba una mala pasada y mis dedos iban y volvían dibujando mi clavícula. Recuerdo mi mirada en la nada y mi mente en las nubes. Estaba rota.
Esta vez frente al espejo. Y esque mirarte triste frente al espejo es solo destruirte más.
Casi pueden apoyarse barquillos de papel ya -susurré despegando los labios.
Creí que 52 kilos era mi meta, pero no era suficiente... en realidad, nunca era suficiente.
Al parecer no cenar tampoco lo era.
No dejaba de pensar en lo de la noche anterior. Así que llamé a Alisson tenía todo el día planificado con ella. Pasaríamos a ver jugar fútbol a su hermano que aún no conocía, y luego nos iríamos de compras para deslumbrar esa noche.
Así que tal cual lo planeado, desayuné me arreglé un poco, y por arreglarme quiero decir que me puse unos Jeans, una camiseta y unos converse. Mi pelo dejó de ser una trenza, para ese entonces se convirtió en una coleta simple. Mercedes decía que desaprovecho mi cabello porque según ella tenía cabello de ángel.Salí sin sonrisa, como una chica de papel con el corazón troceado. Pero ese gris era yo realmente, un sepulcro.
Mientras fumaba un cigarro, estuve viendo nuestras fotografías, y las que le hacía mientras él dormía.Tenía los vellos de los brazos en punta, aunque no hacía frío. Quizá era la forma en la que mi piel reaccionaba cuando perdía a quien tantas veces la besó.
Tenía fotos etiquetadas en sus redes sociales, sonreía en todas.
Como sea... caminaba, el día era frío. Y los minutos pasaban, todo parecía funcionar mecánicamente.
Al doblar la esquina de la calle, podía ver salir a Alisson de casa. Subiéndose al coche de su padre. Era la primera vez que lo veía, pues sus padres estaban separados. Supongo que esa fue una de las principales causas por las que siempre fue tan fría con todo el mundo.-¡Amanda! -Gritó.
-Llegando, llegando...
-El partido comenzará en 20 minutos.Puso su mano en mi trasero.
-Papá, te presento a mi novia.
Me sonrojé, pero la respuesta de su padre fue una carcajada.
-Pues tienes buen gusto hija. Encantado - extendió su mano.Subimos al coche, escuchábamos rude boy una y otra y otra vez, por si no es notorio, es la canción favorita de Alisson. No tardamos mucho en llegar. Bajamos del coche y buscamos sitio, y para cuando empezó el partido Alisson decía que su hermano era el mejor del mundo. Vivían juntos hasta cuando su hermano cumplió cuatro años, y desde entonces se criaron él con su padre y ella con su madre.
-Es el número 8 -dijo Alisson.
El ambiente era emocionante, divertido... Me alegraba estar ahí. Porque pensé que si estaba sola en casa en ese momento hubiera estado haciendo cosas de las que me arrepentiría más tarde. Saqué el móvil del bolsillo...pero no había ningún mensaje, ni tampoco una llamada perdida. Solo un patrón por marcar con un fondo en el que Damian y yo nos besabamos.
Y el partido seguía... fue casi al final del partido cuando el hermano de Alisson metió el gol.
Alisson casi me revienta el tímpano con los gritos que pegó le alegría.
-¿Queréis algo para beber chicas?- preguntó el papá de Alisson.
-Alisson- Un refresco de naranja.
-¿Tú qué quieres Amanda?
-Agua, muy fría -respondí.
Al fin sonó el silvato de final de tiempo. La mascota del equipo hacía un extraño baile y yo aún no diferenciaba si se suponía que era un tigre o un gato.
Allí está.
-¡Feo! Ven aquí - gritaba Alisson a su hermano.
-¡Fea! Viniste a verme. Que sepas que te dediqué ese gol.
Él subía por la gradería.
Se quitó el casco.
Alisson nos presentaba "Miguel, ella es..
-¡Amanda! Ella es Amanda.
-¿MIGUEL? Eres el chico de la fiesta.
Sonrió
-Alisson- ¡Espera! ¿Os conocéis?
-Sí, bueno, nos hemos visto una vez. En una fiesta -respondía Miguel.
-Pues mira, mejor.
-¿Por qué Damian no está contigo? Lo he visto esta mañana muerto de la risa con un grupo de amigos.
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Amanda está triste
RomansaMamá dice que la belleza está en el interior, que el físico es un envoltorio, pero solo lo dice por mis complejos.Mis sueños son una escala de grises, y mis demonios duermen ahora,por favor, no los despiertes.