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Cuando somos niños creemos en hadas, sirenas, piratas, princesas; todo lo que ya de adolescentes nos pueda sonar ridículo.

Yo, hoy de adolescentes, no sé si creer en demonios y ángeles.

¿Tú crees que alrededor de nosotros habiten seres extraños?

A mí eso me sonaba estúpido, sin embargo; él me hizo dudar de la realidad.

¡Esta realidad cruel!

Porque después de él, ya nada por mi cabeza fue igual.

¿Tú crees en las casualidades, el destino o en seres de otro mundo? Cómo demonios o ángeles.

                                 † Si me has encontrado, has hallado vino tinto para tus venas muertas y oxidadas.

Nick. K,
Martínez.

El chico del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora