Capítulo 13

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El pelinegro abrió exageradamente los ojos y llevó una mano a su boca, estupefacto por la forma tan simple en que Jimin soltaba esa bomba. Sus mejillas tomaron un color rojizo y su corazón se disparó en el interior de su pecho, bombeando con rapidez. Juraba que Park lo escucharía de seguir así.

Jamás imaginó que Jimin pudiera gustar de él, pensó que lo veía simplemente como un amigo, pues nunca dio señales de interés en él. Siempre lo trató bien, pero no era nada especial, o tal vez, él había sido demasiado tonto al no notarlo; y si bien sabía que el rubio sentía cierta atracción por su persona cuando recién había llegado a la escuela, después de la bonita amistad que habían formado pensó que esos sentimientos habían mermado.

—¡¿Qué!? ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

—Yo...tenía miedo de arruinar nuestra amistad —musitó, jugando con sus dedos nerviosamente.

—El otro chico que me gusta...eres tú —profirió, bajando la mirada avergonzado.

Jimin apenas podía creer lo que escuchaba. Después de tanto tiempo de incertidumbre finalmente reunió el coraje para confesar sus sentimientos, y resultó ser que eran correspondidos. Una cálida sensación recorrió todo su ser, y una sonrisa imborrable iluminó su rostro. Cada palabra de Jungkook resonaba en su mente como una dulce melodía, confirmando la reciprocidad de sus sentimientos.

—Hey, mírame —lo tomó delicadamente de la barbilla, haciendo que lo mirara directamente a los ojos.

Jungkook se sintió extremadamente pequeño cuando los ojos acaramelados del contrario se posaron sobre los suyos, mirándolo como si solo ellos dos existieran en el mundo.

Cualquier confusión que hubiera tenido antes de eso, fue disipada en ese instante. Eunwoo podía causar muchos nervios en él, pero ese sentimiento de euforia que había tomado su mente solo lo podía causar la persona frente a él. Esas ganas de salir corriendo y esconderse debido a los nervios, y la vergüenza de terminar haciendo el ridículo solo era a causa de Park Jimin y su sonrisa encantadora.
No por nada era el único privilegiado que podía permanecer a su lado sin que pusiera mala cara o terminara siendo cortante, el único que había sido testigo del Jungkook amable y divertido que se escondía detrás de esa máscara de desinterés.

—Gguk, estoy tan enamorado de ti. Joder, me encantas completo, incluido tu mal carácter y antipatía por los demás —acomodó un mechón de cabello negro tras su oreja, sonriendo tan feliz, que sus ojos desaparecían en dos media luna y sus labios se estiraban dejando ver su adorable diente chueco.

—Y mi narcisismo —añadió con tono divertido.

—Y tu narcisismo —confirmó, riendo levemente.

—Jim...sabes qué nunca he estado en una relación ¿no? —asintió, prestando atención a lo que quería decirle—. Tampoco había sentido esta atracción tan grande por alguien, y no estoy seguro de como debería comportarme. Pero te puedo asegurar que me gustas como nadie nunca me gustó, y que daré lo mejor de mí para que esto funcione.

Sin poder resistirlo más, el rubio lo tomó de las mejillas, acercándose hasta pegar sus labios en un casto beso que duró sólo unos pocos segundos. Pegó ambas frentes, acariciando con sus pulgares el rostro bonito del más bajo, y sonrió antes de impactar una vez más sus belfos, esta vez profundizando el contacto.

Los brazos del pelirizado se cruzaron detrás de su cuello, y sus propias manos fueron a parar a la estrecha cintura del chico. Estaba más que seguro que el sabor mentolado de la boca de Jeon se volvería su adicción, además, esa sensación de su piel cosquillear al contacto le parecía indescriptible, y el calor que inundaba su pecho lo hacía querer suspirar extasiado.

¿Puedo amarte? - JiKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora