on a wednesday in a cafe...

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Annabeth entro a la cafetería, que estaba casi que en completo en silencio. Solo habían unas cuantas personas regadas alrededor del lugar. Mientras esperaba su turno, examino al chico que tenia delante. Tenia el cabello negro y  mojado, que le caía alrededor de su cabeza, casi tocándole las orejas. Levaba una camisa playera azul, con dibujos de palmeras,  con una bermuda a juego. Annabeth se acercó más, no logró escuchar que le dijo el chico a la chica que estaba tomando su orden, solo escucho la risa de esta última.

Espero mientras el desconocido recibía su orden y se sorprendió al ver lo que era:  un americano con una porción de tarta de zanahoria. Lo mismo que ella iba a pedir. Lo mismo que ella pedía siempre.  Cuando el chico se dio la vuelta, ella al fin lo reconoció. Era Percy, el que quiso (y logró) robarle el último vinilo de Fleetwood Mac en la tienda de discos la semana pasada. Cuando la vio, le dedico una enorme sonrisa. Annabeth se quiso morir. Ahí estaba su enorme sonrisa de niño lindo otra vez.

 Afuera el sol brillaba como nunca, pero Annabeth sintió que Percy iluminaba mucho mas el lugar con su sonrisa. 

Percy siguió su camino y mientras Annabeth pedía su orden, vio por el rabillo del ojo que el chico sentaba en una de las mesas del fondo, junto a la ventana. Mientras le daba las gracias a la muchacha, Annabeth tuvo una idea.

 Procesó lo que iba a hacer. Ya se conocían, ¿no? no había nada de raro en que ella fuera a sentarse junto a él, ¿cierto?

—¿Disfrutaste del vinilo?— Le pregunto ella, mientras se sentaba frente a él. Percy levanto la vista de su celular y le dedicó otra de esas sonrisas. Annabeth no iba a durar mucho viva si él seguía sonriéndole así.

—La verdad, sí. Hasta me siento mal porque no vas a poder escucharlo. — Respondió, sonriendo todavía más.

Y así fue como comenzó todo. Luego de sus burlas por haberle ganado el vinilo, hablaron durante horas. De todo. Sobre todo. Percy era un buen conversador, pero más importante, también sabia escuchar.

 Annabeth se encontró sintiéndose mal por sí misma, por tener las expectativas tan bajas, porque no era posible que sintiera un calor en el pecho cada que Percy se reía de sus chistes o cuando la escuchaba atentamente, sin interrumpirla. O cuando le hacia algún cumplido.

Reflexiono acerca de su estado. Y llego a la conclusión de que era normal tener esa reacción. Este no era el tipo de amor que ella conocía. Su idea del amor era del tipo que solo rompe, quema y termina. Percy le estaba mostrando un tono diferente de amor. Afuera el sol brillaba, casi tanto como la sonrisa que Percy le estaba dedicando.

 En la cafetería empezó a sonar little lies de Fleetwood Mac.

 Los dos se miraron. 

Su primer encuentro. 

La tienda de discos. 

El vinilo. 

Little lies sonando en el fondo.

La electricidad que sintió cuando sus dedos se rozaron aquella tarde.

 Sin siquiera conocerse, chispas volaron con ese primer toque.

Miro a Percy y automáticamente supo que estaban pensando lo mismo. Fleetwood Mac los había unido. Little lies era su canción. 

Cuando Percy alargo su mano sobre la mesa para agarrar la de ella, por fin Annabeth pudo aceptar que el pasado era pasado. Todo comenzaba otra vez.

Begin againWhere stories live. Discover now