Entre Sombras: La Travesía de Tres Amigos Eternos

1 Día para la Fiesta

(perdonen la duración de este cap, les juro que si lo recorte xd)

El despertador de Evan sonó a las 8:00 a.m., mucho más tarde de lo habitual para él, que solía levantarse a las 6:00 a.m. Algo había cambiado en él, y ese algo fue el beso que Cassidy le dio en la frente, borrando sus pesadillas. Era como si ella hubiera purificado su mente. Esa chica le había hecho un gran bien en su vida.

Evan se sentó en la cama, estirándose. Al terminar, apagó la alarma y se quedó mirando su habitación por unos segundos, hasta que una voz rompió el silencio.

"Buenos días, Evan," habló Fredbear, su peluche, desde la repisa de su habitación. "Hoy será un gran día, ¿recuerdas?"

La mente de Evan pensó por unos segundos, tratando de recordar qué tenía de especial este día, hasta que finalmente lo recordó. Susie había organizado una salida entre todos sus amigos: Jeremy, Gabriel, Fritz, Cassidy, Charlie y él. Todos juntos irían a la nueva pista de patinaje que acababan de inaugurar en el pueblo.

Evan pensó que sería lindo ir allí. Quizás podría patinar junto a Cassidy y Charlie. Sonrió al imaginar esa escena. "Sí, hoy será un gran día," se dijo a sí mismo mientras se levantaba de la cama.

Con esa idea en mente, Evan se dirigió al baño para comenzar su rutina matutina, encendió la ducha y dejó que el agua tibia corriera, llenando la habitación con vapor. Tomó una ducha rápida pero refrescante, disfrutando del agua fresca.

Al salir de la ducha, el aire fresco del baño lo estremeció. Se secó rápidamente con una toalla blanca, pasando por su cabello castaño rizado, que ahora caía desordenado sobre su frente. Se miró en el espejo empañado, limpiando una sección con su mano. Notó cómo había cambiado en los últimos días: sus ojeras desaparecieron y su piel lucía más saludable. Una tímida sonrisa se dibujó en su rostro al ver la diferencia.

Después de cepillarse los dientes con movimientos rápidos pero meticulosos, Evan se dirigió a su habitación. Al abrir la puerta, el sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, llenando el espacio con una luz cálida y dorada, abrió su armario, que estaba ordenado y lleno de ropa bien doblada, y comenzó a buscar algo cómodo y apropiado para la salida.

Decidió ponerse unos pantalones de deporte cortos, de un vibrante color azul, con rayas blancas en los costados y en la zona donde van las piernas, combinó los pantalones con una camiseta negra sin mangas, decorada con dos rayas blancas horizontales que cruzaban el pecho, un diseño ya característico de el.

Se puso unas medias blancas con una raya azul y una raya roja en la parte superior, ajustándolas cuidadosamente para que quedaran perfectas. Finalmente, eligió sus zapatillas deportivas azules favoritas, que estaban un poco gastadas pero aún cómodas y perfectas para el día de actividades. Sentía que cada prenda que se ponía lo acercaba un poco más al emocionante día que tenía por delante.

"¿Cómo me veo, Fredbear?", preguntó Evan a su peluche. Evan se veía vestido para la ocasión.

Fredbear, desde su lugar en la repisa, respondió con su voz amistosa y reconfortante: "Te ves genial, Evan. Vas a impresionar a todos en la pista de patinaje."

Evan sonrió y dijo, "Gracias, Fredbear." La sonrisa no desaparecía de su rostro, reflejando la alegría que sentía.

Tomó su mochila, que estaba colgada en la esquina de su cama, y la llenó con algunas cosas que podría necesitar: una botella de agua, una toalla pequeña y dinero de su mesada y otras cosas. Mientras llenaba la mochila, no podía evitar pensar en cómo sería el día. Imaginaba a sus amigos riendo, patinando juntos y disfrutando de la compañía mutua.