Nahoya nunca pensó que estaría feliz de tener a la versión masculina de Annabelle tras él, le dijo que no le daría nunca una oportunidad porque tenía muchas razones para rechazarlo a él y a su hermano en su vida, pero era un hombre de palabra y cuando perdió una apuesta con él, debía pagarle con una cita. Era una mañana muy tranquila y sabía que al Haitani mayor le gustaba mucho dormir por lo que le dijo que comenzarían su cita a las 9 am y que, si no llegaba a tiempo o antes, daría como perdida la cita. Lo que no se esperó es que 15 minutos antes de las 9 de la mañana estaría el alto esperando fuera de su casa recargado en un brillante Lamborghini de color negro mate vestido como una de las super estrellas famosas que salían en las portadas de las revistas. Lo vio desde la ventana de su habitación como caminaba y tocaba el timbre de su casa, de seguro su madre lo vería mal y lo ahuyentaría.
─Te dije que vendría, aunque no lo creyeras. Rin dijo que estuvo escogiendo su ropa para el día de hoy y el auto en el que vendría.
─Ni me lo repitas, pero tengo la esperanza que mamá lo bote y le diga que no puede salir conmigo sin antes presentarse con anticipación. Recuerdas el interrogatorio que le hizo a Muto cuando vino por nosotros para hacer un trabajo. Ese calvo no quiso volver aquí. ─se reía el pelimelocotón mientras pensaba entrar de nuevo a su cama, pero se sobresaltó al ver la puerta de su habitación conjunta ser abierta y cerrada rápidamente.─
─¡¿Nahoya Kawata, que haces en pijama?! Un jovencito ha venido a buscarte, dice que tienen una cita a las 9 y en 10 minutos se cumple ese plazo, así que más te vale que te bañes, te prepares y te pongas lindo para ese joven apuesto. No me decepciones. ─la madre de los gemelos se fue como llegó dando otro portazo. Los gemelos la miraban shockeados.─
─A mamá le gustan los chicos lindos, Ran no es feo, mamá de verdad que le agradó. Apresúrate antes que le enseñe nuestras fotos de bebés. ─el gemelo menor salió de la habitación y bajó apresurado las escaleras.─
─Esto tiene que ser una broma. Debiste quedarte en tu casa, Annabelle. ─fue el comentario que escupió el pelimelocotón antes de meterse a la ducha.
No pasaron más de 10 minutos que el mayor de los gemelos bajó las escaleras apresurado pensando en lo peor que podría estar haciendo su madre, pero sólo se encontró a Ran conversando con ella mientras comían unos dulces y no había rastros de su hermano. Lo buscó con la mirada hasta que su cita lo vio y sonrió.
─Naho-chan, por fin llegaste. Tu madre es una muy linda mujer, ya veo de donde sacaron lo lindo ustedes dos.
─Ay, no digas eso, Ran. Mis nenes son lindos así no se parezcan a mí, sacaron mis ojos y cara, pero su cabello es más parecido al de mi esposo. ─rió divertida la mujer mientras comía otra galleta.─
─¡Hey, no es justo! ¡Esas galletas las hicimos Souya y yo para desayunar juntos!
─No tenía otra cosa que invitarle a Ran, agradece que hayan sido del agrado de tu invitado. Bueno ya estando Nahoya listo, creo que es hora de la despedida. Vuelve cuando quieras, Ran. Serás bien recibido por todos.
─Muchas gracias, no creo que sea la única cita que tengamos. Prometo volver muy pronto con mi hermano.
─¡Oh! ¿Tienes un hermano también? Debe ser tan guapo como tú. ─comentó un poco avergonzada imaginándose como sería el otro Haitani.─
─Por supuesto que lo es, pero yo soy el más guapo de los dos.
─Ya, ya tenemos que irnos. Nos vemos después, mamá. ¿Souya regresó a dormir?
─Tu hermano salió a comprar algunas cosas para poder desayunar y cocinar el almuerzo. Ran, si traes a Nahoya temprano, quedas invitado a almorzar con nosotros, prometo que no te arrepentirás de comer con nosotros.

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Apuesta
RomanceNo pensó que perder una apuesta le cambiaría la vida tan fácilmente, Haitani Ran vino a cambiar su estilo de vida demostrándole lo valioso que era para él y tan sólo por ser él mismo. Ranley