Ese incidente me había marcado, definitivamente. Me tomó mucho tiempo tranquilizarme, y sorprendentemente, Leo se quedó a mi lado todo el tiempo.
Que más quisiera quedarse en mi casa y no volver a salir, pero eso levantaría sospechas, a pesar de todo no quería acusar a Manuel. No me creerían, sería yo contra los altos mandos del hospital. Perdería mi empleo, había tanto en juego.
Una de las doctoras del lugar, Lucía, me llamó desde el otro lado del pasillo. La miré con atención mientras se acercaba a mí, su semblante era tan serio que me daba miedo. Ella siempre había tenido esa cara, pero nunca de tal forma. Me sentí regañada y ni había hablado aún.
—____, ¿puedes venir un momento?
—Sí, claro... — respondí dudosa, sin saber bien qué más decir.
Caminamos a la par en todo momento hacia la que era algún tipo de sala de juntas, la cual se encontraba en la planta sótano de dicho edificio. Nunca había ido, ya que mi desempeño era tan bueno que nunca tuve ningún tipo de problema. ¿Qué había hecho ahora? Al entrar, vi a un hombre y una mujer que en mi vida había visto sentados en la mesa, ambos tenían rasgos faciales similares, como el mismo tono de piel y los mismos ojos.
—Siéntate, por favor. Él es Diego, de recursos humanos. Verónica, nuestra administradora, y... — Lucía miró a mi espalda. —, ya conoces al director del hospital.
Me giré apenas oí eso, espantada. Ahí estaba Manuel, con una mirada que no pude describir. Apenas me miró cuando se sentó en la silla a mi lado, me removí incómoda, alejándome unos diez centímetros de su costado. Sentí como mi respiración se aceleró apenas entró en mi campo de visión, sentí mis manos sudar con taimada indiscreción.
—¿Qué pasa? — pregunté.
Los tres superiores se miraron entre sí, y luego a mí.
—El doctor nos dijo lo que pasó.
—¿Lo hizo? — lo miré de soslayo, con cierta incredulidad.
—Sí, ____. Me sentí... — se aclaró la garganta, agarrando una de las botellas de agua que se encontraban en el centro de la mesa. — Obligado a venir y decir la verdad. Esto no tiene que destruir la vida de nadie, fue un simple malentendido, es todo. Lo siento.
Me miró, sonriendo suavemente. Casi no reconocí al que trató de besarme en contra de mi voluntad.
—Gracias. — respondí, asintiendo con la cabeza. Se sentía bien saber que había reflexionado sobre su error y había tenido la gallardía de informárselo a los administradores del hospital a pesar del riesgo de perder su empleo.
—Pero que me acosaras así en mi oficina... — formuló negando con la cabeza, como si la idea lo repugnara. — No es correcto, debe ser corregido.
Todo mi mundo se detuvo con esas palabras.
—¿Yo te acosé a ti? — pregunté indignada y molesta girándome en su dirección, alzando la voz.
—No tienes que apenarte. — me sonrió con malicia disfrazada con comprensión. — Trato de detener esto antes de que escale, debo protegerme a mí y a mi carrera. Y al hospital, valga la redundancia.
Literalmente me había dicho sus razones, tergiversando los hechos con un cinismo que nunca había visto en nadie.
Así que ese presentimiento era cierto. Se me adelantó.
—Basado en el reporte del director, recomiendo una inmediata suspensión. — dictaminó el llamado Diego con ahínco y seriedad, como si toda la situación ya fuese algo normal para él.
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✓ DON'T BLAME ME, leo san juan.
Fanfic༉ ︵͡ ⁺ 💭 .𖥔 ݁ ˖ 𝖉𝖔𝖓'𝖙 𝖇𝖑𝖆𝖒𝖊 𝖒𝖊 ✦ ،، necesitaba dinero. necesitaba mantener a su familia, a pesar de que ella, la hija mayor de aquel matrimonio, no fuera la más apta para proveerles alimento. desesperada, toma una decisión que...