Energía caótica || Catalastor

Una sorpresa

"Saga: buscando un nuevo hogar. P.2"

Estaba tan tranquilo el rey del inframundo en su laboriosa pero divertida tarea de hacer patitos de goma. Si, el soberano y más poderoso ser del inframundo pasa sus largos días haciendo montones de patitos de goma.

Bueno, continuando con el tema...

Estaba tan tranquilo haciendo sus cosas de rey infernal hasta que una llamada en su teléfono lo sobresalto. Rápidamente fue responder llevándose la grata sorpresa al descubrir que quién llamaba era nada más ni nada menos que su hija Charlie.

Lucifer miro el teléfono con los ojos abiertos mientras se ponía nervioso. No era muy seguido que tenía la oportunidad de hablar con su hija, de hecho nunca lo hacía. Que Charlie le hubiera llamado por cuenta propia lo ponía muy feliz y algo nervioso.

Tuvo que tomar varias caladas de aire hasta que finalmente contestó el teléfono, pero en su nerviosismo dio un saludo peculiar.

–Hola, perra.-- Habló, de inmediato queriendo golpearse a si mismo por saludar así a su hija.

–Hola, papá.-- Saluda Charlie emocionada, sin darle poco o ninguna importancia a la manera en que su padre la llamo.

–Bueno, si... ¿Cómo has estado?

–¡Excelente!-- Exclama con alegría. –Pa, me preguntaba si ponías venir al hotel... Hace mucho que no nos vemos y tengo una sorpresa para ti.

–¿Una sorpresa? ¡¿Para mi?!-- Pregunta sin poder evitar sonar emocionado.

–¡Si! Además de que hay muchas personas a las que no te he presentado.-- Menciona pensando en Vaggie y los demás en el hotel.

Lucifer mira un momento alrededor de la habitación, presenciando únicamente los patitos de goma que había hecho en busca de saciar su sofocante soledad. Eso le hace pensar un momento en la propuesta de su hija, hasta que finalmente decide algo.

–¡Estaré ahí mañana mismo!-- Declara, para inmensa alegría de su hija.

--¡Si! Te esperamos aquí.-- Habla emocionada. –Te veré muy pronto, pa.

–Yo también, Charlie.

La llamada se cuelga, pero Lucifer aún permanece con el teléfono en alto, aún conmocionado por las palabras de su hija.

–¡Si! Mi hija quiere verme.-- Canta con alegría mientras hace un bailecito tonto. –¡Toma eso, depresión!

Lucifer sale de su oficina de trabajo dando saltitos alegres, se dirige a su habitación para prepararse para el día siguiente.

[...]

–¡Escuchen todos!-- Charlie llega corriendo hasta la recepción del hotel donde todos están pasando el rato.

–¿Qué sucede, princesa?-- Cuestionó Angel.

–Papá vendrá mañana, así que quiero que me ayuden a preparar una bienvenida.-- Menciona, haciendo que todos le vieran con sorpresa.

–¡¿Lucifer vendrá aquí?!-- La pregunta es colectiva.

–Bueno, si... Quiero mostrarle el hotel y también me gustaría convencerle de adoptar al gato.

–¿Le darás esa cosa a tu papá?

–No es tan malo, solo es... una bola de pelos malévola... ¡Pero es adorable! ¿No es así?

Todos dedican miradas no muy convencidas a Charlie, que solo se encorva en su lugar.

–Ya se que se ve mal, pero estará bien...