Uno...

84 9 0
                                    

Despertarse con una buena taza de café en la mente es lo mejor. Deje que esa imagen se fuera de mi mente y fui a la cocina hacer que se haga realidad. Baje lo más cuidadosa que pude por la escalera observando la cantidad de retratos que mi madre había colocado en la pared el día que nos mudamos. Recuerdo ese día como si fuera ayer, literalmente fue ayer, nos mudamos de Arizona, mi Estado Natal, a California-Fresno, lamentablemente mi mama quería un clima un poco más caluroso. Pero a mí me daba igual, creo que es lo mismo, pero lo peor de todo es la secundaria, deje atrás a mis amigas, algo que no resulto ser muy fácil, es difícil ver a las personas que quieres alejarse de ti sin intentar impedirlo. Y más difícil aun es que una persona como yo haga nuevos amigos, mis cambios de humor es un impedimento a una nueva amistad, una persona que prefiere escribir en vez de hablar es un poco difícil de tratar. Recordé que mi madre siempre me decía que debía ser cuidadosa con lo que escribía, pero ¿Por qué?, mi mente es una puerta a mi corazón que no puedo cerrar, como quiere ella que yo sea cuidadosa con eso, en fin no creo poder ser cuidadosa con lo que escribo, así que tampoco creo que consiga nuevos amigos.

Subí a mi habitación luego de tomar una deliciosa taza de café y me acosté en mi cama, coloque mis pies descalzos en la pared, coloque mis audífonos en mis oídos y me acurruque en mis sabanas, pensando ¿cómo será el día de mañana?, ya que comenzaría un nuevo año escolar en otra ciudad, otra secundaria, nuevas persona que nunca he conocido.

Me levante con la dulce voz de Valentina, mi hermanita menor de 5 años, ella es más oscura que yo, hermosos ojos negros y un largo cabello rizado color café.

- Valentina- chille -Vamos, déjame dormir por favor.

- Becca, Becca, despierta, Isa no me quiere dejar ver televisión -Isabella es la hermana del medio, es solo un año menor que yo, pero es todo lo contrario a mí, a mí me gusta sentarme a leer un buen libro, ella ama ir a una buena fiesta, ella es muy inmadura y muy mimada, a veces me saca de quicio. No sé cómo este cambio de lugar le valla afectar, aunque dudo mucho que cambie, y creo que a ella le va a ir mejor mañana. -Despierta Becca- Insistió Valentina.

-Ya voy Valentina- dije levantándome con la flojera encima, quería seguir durmiendo y relajarme un poco pero a estas niñas no les importa eso.

- ¿Que sucede Isabella?- dije cuando llegue a la nueva habitación de descanso.

- Aquí nada- dijo Isa con una voz irritante.

- Dile que le baje a sus audífonos- dijo Valentina- No puedo escuchar la tv.

- No es mi culpa que me compraran los que suenen tan fuerte.

- Becca- dijo Valentina.

- Isabella sube a tu habitación, allí podrás escuchar tu música al volumen que quieras- dije.

- Ok.

- Si- celebró Valentina.

Cuando iba en camino a mi habitación, sonó la puerta.

- Yo voy- dijo Valentina.

Luego oí la voz de un hombre, sonaba como un adolescente. Luego tocaron mi puerta, me levante y cuando abrí, la imagen de un chico de más o menos 18 años estaba detrás de mi madre.

- ¿Que sucede?- Pregunte, refiriéndome a mi madre - ¿Quién es él?

- Él es Cristian Holls- dijo mi madre.

- ¿Cristian que?- dije boqui-abierta.

- Hola Rebecca- dijo el, su voz era gruesa y varonil, su aspecto era agradable pero aun no podía creer lo que pasaba.

- ¿Cómo sabes mi nombre?- dije un poco confundida- ¿Mamá que está pasando?

- Vamos a la sala de descanso y así te explicamos junto a tus hermanas. - dijo mi madre, notaba el tono de miedo en su voz, de verdad no quería ni pensar nada de lo que iba a escuchar, ¿Quién era él? ¿Y porque tiene el mismo apellido que mi familia?

Cuando llegamos a la sala de descanso, Valentina e Isabella estaban sentadas en los muebles que mi madre le insistió a papa para que le comprara, diciendo- Ahora que nos mudamos deberíamos cambiar de muebles -Mi Padre al no tener ganas de contradecir a mama, prefirió comprar nuevos.

Me senté a lado de Isabella y le pregunte -¿Que pasa aquí?- con susurros contesto - No lo sé, ¿Pero sí que es lindo no lo crees?- coloque mis ojos en blanco en señal de un "¿Es enserio?". Me negué a dirigir una mira al supuesto Cristian.

- ¿Y entonces? -comencé- ¿Qué es lo que sucede?

- Pues Becca -comenzó mi mama- Antes de que tu papa y yo nos conociéramos, él ya era casado, su padre tenía alrededor de veintiún años cuando se comprometió, era un casamiento apresurado, el nombre de la mujer era María Colinson, pasaron los años y ese matrimonio no funciono -logre ver como Cristian quería huir y no escuchar nada de lo que mi madre estaba diciendo- la Señora Colinson y tu papa se divorciaron, en ese entonces la señora Colinson no sabía que estaba embarazada... de Cristian. Tu papa se enteró luego de que nos conocimos, él no me lo dijo sino hasta que nos casamos. El año pasado la Señora Colinson falleció en un accidente automovilístico -vi como las ansias de Cristian de salir corriendo por la puerta fueron creciendo- Entonces se comunicaron conmigo esta mañana y dijeron que Cristian no tenía donde vivir así que no hay más opciones, así que vendrá vivir con nosotros.

- Genial - dijo Isabella mientras que su rostro se iluminaba.

- ¿Entonces tú vas a ser un hermano? -Pregunto Valentina.

- Si y tú vas a ser mi hermanita -dijo Cristian.

Yo no podía creer lo que estaba pasando, ¿Papa estaba casado antes?, ¿tenía un hermano mayor?, ¿Por qué papa o mama nunca lo mencionaron antes?, no quería saber nada más, así que solo me levante y me fui directo a mi habitación, logre escuchar un chillido de mi madre con mi nombre, pero no le di importancia, solo quería encerrarme en mi habitación y pensar, pensar y viajar en mi imaginación hasta mañana, agarre mi libreta, la coloque en mi pecho y me acosté, las lágrimas salieron indescriptiblemente sobre mis mejillas, logre quedarme dormida y caer en un profundo sueño.

=

Diario de una Escritora más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora