Dos mes después
Con todo lo que ha pasado, las chicas no han tenido tiempo de descansar. Todo este tiempo me han estado ayudando, inventando tareas o cosas de la escuela para que pase el menor tiempo posible con mi padre. A veces ha funcionado, pero en otras ocasiones no hemos tenido tanta suerte. Después de todo lo que han hecho, se merecen un descanso, así que se les ocurrió ir a cenar a un restaurante. Yo nunca había estado en uno; no sé cómo debo comportarme, pero por suerte Sana se ofreció a ayudarme.
—Ya casi estás lista. Solo faltan los últimos toques, ¡mírate! —me dijo Sana mientras nos arreglábamos en su casa.
Me miro en el espejo, tratando de reconocerme en la persona que veo. Llevo un traje blanco, elegante, con una textura que debería hacerme sentir especial, pero solo me recuerda que estoy intentando ocultar algo. Los botones plateados en el pecho brillan demasiado para mi gusto, y aunque el diseño es bonito, me hace sentir expuesta, como si cualquier movimiento pudiera revelar lo que no quiero que vean. Las mangas largas me brindan un poco de alivio, ocultando los moretones en mis muñecas. Aun así, siento que el atuendo es demasiado para mí, como si no estuviera hecha para este tipo de cosas.
El vestido es corto, apenas cubre mis muslos. Me hace sentir vulnerable, pero, por suerte, los moretones en esa parte no son tan visibles como los que tengo en otras zonas. Mis pies están enfundados en unos tacones blancos altos, y apenas puedo caminar con ellos sin tambalearme. Cada paso me recuerda que no estoy acostumbrada a verme de esta manera, a pretender que todo está bien, mientras la inestabilidad de los tacones me hace sentir aún más insegura.
El cabello cae en ondas alrededor de mis hombros; Sana se tomó el tiempo para peinarlo y colocó un pequeño gancho en la parte de atrás, dejando algunos mechones sueltos. Supongo que debería sentirme bonita, pero solo me siento incómoda. Todo esto parece un disfraz, una capa que no logra cubrir lo que realmente soy. Los moretones bajo el traje siguen allí, invisibles para los demás, pero imposibles de ignorar para mí.
—Unnie, ¿crees que me veo bien?
—¡Sí! Te ves hermosa —respondió Sana, con una sonrisa que parecía sincera... aunque tengo la sensación de que está siendo amable. Yo solo siento que me veo horrible.
—Bien, ahora siéntate. Falta el maquillaje y ya estarás lista.
—No debería hacerte perder el tiempo.
—¿Perder el tiempo? No entiendo —Sana inclinó un poco la cabeza, mirándome confundida.
—Es que no tengo arreglo. Por más que me maquille o me ponga un vestido bonito, sigo siendo igual de horrenda —le respondí, bajando la mirada. Sana tomó mi rostro suavemente y me obligó a mirarla.
—Chaeng, no digas eso. Eres hermosa; de hecho, no pareces real. Y no me gusta que hables así de ti misma.
Le sonreí, agradecida por sus palabras, aunque no puedo creerlas del todo.
—Y tienes que tener mucho cuidado cuando salgas. No queremos que alguien se desmaye por tu belleza, pequeña —añadió, guiñándome un ojo.
Solté una pequeña risa.
—Mejor dicho, Jihyo unnie debería tener cuidado contigo. Mírate, pareces una moneda —respondí, entre risas.
Tzuyu invitó a Jihyo y ella aceptó, lo que puso a Sana muy feliz. Jihyo es la presidenta estudiantil y amiga de Tzuyu... y Sana está completamente enamorada de ella. De hecho, estuvo rogándole a Tzuyu toda la semana para que la invitara.
—No digas esas cosas. Tenemos que apurarnos, se nos hace tarde —dijo Sana, un poco sonrojada, lo que me hizo reír aún más.
Al llegar, Jihyo y Tzuyu ya nos estaban esperando.
—Se ven hermosas —dijo Tzuyu.
—Sí, muy hermosas —añadió Jihyo, y noté que su mirada se posaba en Sana. Parece que no solo Sana tiene sentimientos ocultos.
—Gracias, ustedes también —respondí.
No pude evitar notar que Mina no estaba.
—¿Y dónde está Mina unnie? Pensé que estaría aquí —pregunté mientras nos sentábamos.
—Ya casi llega. Oh, de hecho, ahí viene —respondió Tzuyu, señalando la entrada. Mina venía acompañada de dos mujeres, y en el momento en que cruzó la puerta, el bullicio del restaurante pareció desvanecerse para mí. Su sonrisa iluminaba el lugar, y aunque se notaba un poco nerviosa, su mirada era la misma que siempre recordé, llena de calidez.
Cuando sus ojos se encontraron con los míos, vi cómo su expresión se transformaba. En un instante. Su sonrisa se amplió, y pude ver un destello de alegría y sorpresa en su mirada, como si no pudiera creer lo que estaba viendo. Esa mirada, cargada de emoción, hizo que mi corazón se acelerara.
—H-hola, lo siento por la tardanza —dijo Mina, aún con la mirada fija en mí, como si quisiera grabar cada detalle de mi presencia en su memoria.
—No te preocupes, Chaeyoung acaba de llegar.
—¿Yo? ¿Por qué? —pregunté, y vi que las dos mujeres me observaban con detenimiento.
—¿E-es ella? —una de las mujeres preguntó, mirando a Mina, quien asintió. Los ojos de las dos mujeres comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Chaeng, te queremos presentar a alguien —dijo Mina, invitando a las dos mujeres a hablar.
—Hola, Chaeyoung. Soy Im Nayeon, y ella es Yoo Jeongyeon. Somos tus... madres.
El capítulo fue largo ajajajjaEspero que lo hayan disfrutado.💗
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wounds |Michaeng
Cerita Pendek"Chaeyoung, estoy aquí intentando ayudarte, ¿por qué no lo ves?"