En las sombrías horas de la madrugada, cuando la ciudad dormía bajo un manto de silencio interrumpido únicamente por el susurro distante de los faros de los coches, dos figuras emergieron de las sombras y se deslizaron por las calles empapadas por la lluvia. Una luz mortecina de un farol callejero reveló sus siluetas: Un joven hombre de pelo rubio y una joven más pequeña de pelo rosado, ambos con miradas nerviosas y cargados con mochilas pesadas.
Fred y Ruby, hermano y hermana, caminaban en silencio, con los latidos de sus corazones resonando en sus oídos. Sus pasos rápidos resonaban en el pavimento mojado, cada uno cargando con el peso de un secreto compartido, un error que los había llevado a este momento desesperado.
Fred: ¿Había necesidad algúna de hacerle eso al pobre niño? -El joven exclamó frustrado por las acciones de su hermana menor.
Ruby: ¿Qué quieres que haga? ¡El me tentó!
Fred: ¿Y por eso tenías que tocarle de esa manera?
La lluvia caía con insistencia, como lágrimas del cielo que reflejaban el tormento interior de los dos jóvenes fugitivos. En sus pechos, la angustia y el miedo se entrelazaban, formando una madeja intrincada que amenazaba con asfixiarlos.Detrás de ellos, a lo lejos, las luces parpadeantes de las patrullas de policía destellaban en la distancia, una advertencia silenciosa de que su tiempo se acababa.
Fred: ¡Ápresurate! ¡No hay tiempo que perder! - De manera apresurada, coge la mano de su hermana y comienzan a correr hacia un callejón.
Ruby: Fred, no puedo - Con la respiración agitada y la intensidad del esfuerzo, ella cae al suelo mareada, su físico la traiciona en tal momento crítico.
La lluvia continuaba su danza persistente, como si quisiera arrastrar consigo los pecados de los hermanos mientras se abrían paso por el callejón. Sin embargo, su escape era efímero, ya que pronto el sonido de botas resonó detrás de ellos, acompañado por el eco de voces autoritarias que cortaban el silencio nocturno.
Fred apretó la mano de Ruby con más fuerza, su corazón latiendo desbocado en su pecho, mientras intentaban avanzar con la última reserva de energía que les quedaba. Pero la física realidad les jugaba en contra, y Ruby apenas podía mantenerse en pie, su cuerpo exhausto clamando por un descanso que no podían permitirse. Los destellos de las linternas policiales les rodearon, iluminando sus rostros cansados y empapados por la lluvia. Las figuras de los agentes se materializaron frente a ellos, sus expresiones serias y determinadas reflejando la inevitabilidad de su destino.
Fred miró a su hermana con desesperación, sabiendo que ya no podían escapar. Juntos, con las manos alzadas en señal de rendición, aceptaron su destino mientras los brazos de la ley los envolvían, poniendo fin a su huida y sellando su destino con un gélido abrazo de acero.El juicio fue rápido y despiadado, con las pruebas apiladas en su contra y la sociedad clamando por justicia. Fred y Ruby fueron declarados culpables de atentar y corromper la salud mental de un menor, un cargo que llevaba consigo una sentencia de siete años en prisión.
El golpe de la sentencia resonó en sus almas como un martillo que aplastaba cualquier esperanza de redención. Ante el juez, se enfrentaron a las consecuencias de sus acciones, a las vidas que habían herido y al niño cuya inocencia habían mancillado. El trayecto hacia la cárcel fue un viaje a través de un túnel oscuro y sin fin, donde cada segundo se deslizaba como una gota de veneno en sus venas. El peso del arrepentimiento se apoderó de ellos, pero ya era demasiado tarde para lamentaciones.
Una vez dentro de los muros de la prisión, ambos hermanos fueron separados: Fred fue enviado a la sección de prisioneros masculinos, mientras que Ruby fue asignada a la sección de prisioneras femeninas. La separación fue como un corte afilado en el vínculo que los unía, dejando a Fred y Ruby a la merced de su soledad y sus propios demonios. En mundos separados dentro de aquel laberinto de concreto y hierro, enfrentaron el desafío de sobrevivir en un entorno hostil y despiadado.

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Pito pito gorgorito ¿Dónde vas tú tan bonito?
Fanfiction2 hermanos en la carcel y una granja de vacas