Prologo

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Kim Taehyung, un omega de clase alta, mientras sus amigos se entregaban al ritmo de la música en la pista de baile. El salón estaba decorado con luces brillantes y el aire se llenaba de risas y conversaciones animadas. Para Taehyung, la noche parecía perfecta. Sus amigos disfrutaban de la música y las bebidas, y todo el mundo parecía estar pasándola bien.

Sin embargo, mientras la música vibraba a su alrededor, Taehyung se encontraba en un rincón apartado, sus labios entrelazados con los de un chico que ni siquiera había conocido antes. La atracción fue instantánea y abrumadora, una chispa que encendió sus sentidos y lo hizo olvidarse de todo lo demás. El chico tenía una mirada intensa y una sonrisa cautivadora que lo habían atrapado al instante.

La música seguía retumbando y la noche avanzaba, pero en el fondo de su mente, una pequeña voz le advertía que no todo era tan perfecto como parecía. ¿Quién era este chico realmente? ¿Qué consecuencias podría tener este encuentro impulsivo?

Pero en ese momento, Taehyung decidió ignorar esas preguntas. Después de todo, ¿qué podría salir mal en una fiesta?

—¡¿Como que embarazado?! —gritó Jin, lanzando su libro a un lado

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—¡¿Como que embarazado?! —gritó Jin, lanzando su libro a un lado.

Di un salto del susto, apretándome más contra el sofá detrás de mí.

—¿Cómo pasó esto? —Jin me miró serio. Teho se puso de pie y trató de hacerlo sentar.

—No lo sé, yo no estaba consciente, —murmuré, sintiendo cómo la desesperación se apoderaba de mí.

No tengo respuestas. Ni siquiera sé si el padre es un alfa o incluso un beta.

En este universo, los alfas son los líderes naturales, fuertes y dominantes, mientras que los omegas como yo son más sensibles y a menudo son vistos como los portadores de la vida. Los betas, por otro lado, ocupan un lugar intermedio en la jerarquía y son más comunes.

Jin se frota la cara con gesto preocupado.

—Taehyung, ¿sabes los problemas que trae un bebé? —Expresa, su tono lleno de ansiedad.— Tu padre nos va a matar, solo espero que esto no salga en los noticieros.

Me quedo sentado en silencio, sin encontrar palabras que puedan aliviar la tensión en el aire.

—Tenemos que saber quién es el maldito padre ahora—dice Jin.

Un matrimonio arreglado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora