Capitulo 31

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Tenías necesidad de estar ahí, pero todos te miraban con mala cara por qué pensaban que era tu culpa, atenea ya se había encargado de comerles la cabeza, Marc salió detrás mía.

-tn espera.
- si vas a machacarme tú también ahórratelo.
- yo no pienso igual que ellos
- y que piensas?
- pienso que Héctor es un gilipollas, que todo lo que toca lo hunde... y que esta vez indirectamente te está hundiendo.
- no es culpa suya, quizá si haya sido culpa mía.
- que pasó?
- vino a la discoteca y me llevó a casa, estando hablando llevo trece, y cogió y se fue... no me gusto el ruido de cuando acelero... y me quedé preocupada.
- ves? Que culpa tienes tú? La culpa es suya, por rayarse.

Viste como todos se estaban yendo a sus casas a dormir, atenea fue la primera.
Cuando vi que no había nadie pasé a la habitación de Héctor, le toque el pelo y le retiré el flequillo... tenía la brecha del otro día.
Le cogí la mano y miré detenidamente los nudillos, esas heridas habían sido recientemente abiertas otra vez.
Anoche no me di cuenta por qué llevaba los guantes.

Le miraste preocupada y pasó el médico, diciéndote que si eras la acompañante que se iba a quedar esa noche? Le dijiste que si.
Llamaste a la discoteca y le dijiste que te había surgido un problema u esta noche era imposible ir, te dijeron que te tomases unos días.

Eso hiciste, había pasado cerca de 15 días, estuviste tres o cuatro días sin ir a trabajar, pero tuviste que volver, tu jefe te puso los primeros turnos para que pudieses irte al hospital cuando no había nadie.
Una de las noches que estabas sentada al lado suya empezó a moverse tú al ver eso, saliste corriendo de la habitación a avisar a un médico, te quedaste en la puerta y viste que Héctor estaba bien y estaba despertándose.  Me fui a casa no quería que nadie me viese aquí.

Fuiste casualidad... ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora