05─Recuperación

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Primer mes.

Carlisle se había mantenido constantemente vigilando a la chica. Las cosas en el pueblo estaban tensas, el estrés estaba siendo demasiado para el rubio. El hecho de que hubiesen tantos desaparecidos en tan poco tiempo estaba enloqueciendo un poco, cazaban humanos y llamaban demasiado la atención. Probablemente algún nómada que iba de paso.

Soltó un suspiro mirando a la chica a su lado, la pelirroja había comenzado a rechazar el tubo, tuvieron que sacárselo en cuanto comenzó a respirar por cuenta propia. Era una clara buena señal, había estado notando su rápida recuperación, no era instantánea por obvias razones, pero era rápida teniendo en cuenta las diferentes lesiones que tuvo. Siguió leyendo aquel libro de psicología, tal como había estado haciendo el último mes, quería estar preparado para poder proporcionarle los cuidados que necesitaba. Siempre con ayuda de algún especialista a su lado. Había conseguido una buena psicológa que había en el hospital trabajando, esperaba que aquello diera sus frutos.

Le dio una última mirada al rostro amoratado de la pelirroja, aquellas manchas ya no estaban tan oscuras para su suerte.

(...)

Segundo mes.

Carlisle había salido unos veinte minutos para poder alimentarse y darse una ducha, llegó solamente a tener una pequeña conversación con Alice, en esos dos minutos la vampiresa le confesó que Katia formaría parte de la familia. Había comentado que el resto era sorpresa. Se encontraba caminando con tranquilidad mientras se dirigía a la sala de cuidados intensivos donde estaba Katia.

─Dr. Cullen, la paciente despertó ─habló la enfermera que estaba a cargo de cuidar a la pelirroja mientras él no estaba.

Carlisle no dijo nada, solo se apresuró a caminar hacia la sala. Se quedó parado junto a la puerta de cristal, temiendo entrar, la psicóloga le había comentado que podría padecer de estrés postraumatico. No quería asustarla.

Un par de orbe azules lo miraron, la desconfianza, el dolor, el miedo y la angustia se reflejaban en ellos. Mucho más cuando vio lo cerca que él se encontraba. Carlisle retrocedió unos cuantos pasos.

─Ey, tranquila, no voy a acercarme ─trató de tranquilizarla─. Sólo quiero saber como te sientes.

La chica lo miraba sin decir absolutamente nada. Carlisle le sonrió y asintió.

─Le pediré a la enfermera que te revise, ¿de acuerdo?

El hombre no espero que respondiese, dio media vuelta y comenzó a caminar nuevamente hacia la mujer que le informó aquello en un principio.

─Revisa su estado, que ningún hombre entre a su sala ─pidió con amabilidad.

─En seguida, Dr. Cullen ─asintió la mujer y se encaminó hasta donde la paciente.

Carlisle lo supo, iba a llevar mucho el que ella confiara en él y lo entendía, era completamente comprensible.

(...)

Tercer mes.

Katia había estado siendo visitada por una mujer de baja estatura, regordeta y de edad media, era lo suficientemente grande como para tener buenos conocimientos, pero no tan grande como para ser casi anciana. Ese día era uno como tantos otros, Katia postrada en una cama, la terapeuta a su lado y el Dr. Cullen ayudando a Edward y Bella en su tiempo libre.

─¿Cómo te has sentido, Katia?

La pregunta de la mujer hizo que la pelirroja la mirase de costado, era la tercera vez en la semana que le preguntaba lo mismo.

ÁMAME ─ Emmett Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora